Uno se va acostumbrando a las estrategias de desgaste del gobierno de turno desde los partidos de la oposición. Vale para todos. Datos tergiversados muchas veces, inyección del medio entre la población, establecer la confusión como sistema, y muchas otras actuaciones.
Sin embargo, esta pandemia nos ha traído algo nuevo e inesperado, y con lo que hay que saber lidiar. Ahora es el gobierno el que saca demagogia de la chistera pública, el que impone la confusión como sistema, y el que se esconde ante los problemas.
El último discurso-trampa que hemos escuchado y que ha ocupado portadas de los periódicos esta semana lo ha lanzado Francina Armengol. Desde luego, el mensaje es potente, pero ventajista, aprovechado, y muy probablemente falto de la verdad.
“Cuando se restablezca el suministro, podemos vacunar a todos los ciudadanos de Baleares en tres meses”.
Tal afirmación figuraba en la misma intervención en la que la presidenta del Govern afirmaba: “Hay que huir de la demagogia, el proceso será largo”.
¿En qué quedamos? ¿Será largo o superwoman nos vacunará a todos en tres meses?
La gente debería tener memoria. Ya hace más de un mes que se inició el calendario de vacunación, con Baleares entre las CCAA que menor porcentaje de dosis recibidas inyectaban. Durante este mes en el que, con más o menos regularidad, llegaban las vacunas Armengol nunca pronunció tal ‘machada’ porque sabe que no la puede cumplir. ¿Cuándo saca pecho?. Cuando no hay vacunas. Así que si no las pone en tres meses es culpa de las farmacéuticas -que también- o de la UE. Nunca es responsabilidad suya.
Para cumplir el anuncio (toda Baleares vacunada en tres meses), tiene que suministrar el antídoto a 12.000 personas cada día, de lunes a domingo. Para ello, tendrían que llegar regularmente 84.000 dosis a la semana, algo que no está previsto en ningún momento del plan de vacunación. Además, el Govern no ha dado muestras en este primer mes de tener capacidad o ganas de activar un plan de macrovacunación de estas características. Por último, no se ha aclara si en tres meses se habrá puesto la primera o la segunda dosis. En el primer supuesto, la inmunidad colectiva llegaría más bastante más tarde.
A estas alturas, cuando la gente lleva casi once meses cabizbaja y desesperada, y en la que trabajadores en ERTE o paro y empresarios ven su futuro más cerca debajo de un puente que en su casa, no se puede jugar con las emociones y las esperanzas. Y este tipo de anuncios oportunistas e interesados fomentan más desesperación que otra cosa porque la gente ya no se fía de los grandes anuncios porque está demostrado que nunca se cumplen en la situación actual.
Parece que la sucesión de movilizaciones en la calle pidiendo su dimisión no le están haciendo reaccionar. El estilo es el mismo que durante toda la pandemia.
Cuidado. A ver si no van a bastar los puentes que hay en Mallorca para cobijar a todos los que los van a necesitar.
