En pocos días hemos asistido a la imposición de distintivos y medallas, con motivo de la Festividad del Cuerpo Nacional de Policía por una parte y de la Guardia Civil por otra. Nada que objetar. Vaya por delante el respeto y el honor debido para los que han sudado de verdad la distinción recibida. Imagino que casi todas ellas – las medallas- muy merecidas.
De todas formas, me da la impresión, que algunas de estas condecoraciones se otorgan a dedo o al capricho de los que mandan, porque, muchos, si bien son merecedores de distinción, quedan fuera. Valga como ejemplo- por no citar otros- la medalla que a propuesta del Jefe superior de Policía de Baleares, debían recibir el Fiscal Horrach y los Policías Anticorrupción y que como saben ustedes, dicha propuesta no prosperó y fue vetada. El Ministerio del Interior dijo que no había premio y punto.
Comprendo, que esto de decretar quien sí y quien no se merece medalla, debe ser un proceso, difícil y complicado en el que debe hilarse muy fino para conceder adecuadamente el mérito. Entiendo por otra parte, que aveces ocurre, que ciertas medallas -por equivocación o sin equivocarse- , se otorguen a un perfecto “mamón “o a un sujeto, que ha sabido estar ahí en el momento preciso, para mondarle correctamente las gambas al Jefe de turno o el langostino a la Jefa de la “camarilla”. Y de esta forma, da la impresión que aveces, como que se contagian de la medallitis y, vemos con asombro, como algunos la reciben cada año en un sitio y en otro. Es como el estallido de una pandemia de la medallitis consistente en otorgarse medallas entre sí: “esta para ti esta para mí, el año que viene te propongo para la otra y esta porque yo lo valgo”.
Muchos corredores de fondo, auténticos profesionales de la Policía y La Guardia Civil, no llegan nunca a la meta, se les adelanta el otro aunque sea haciendo trampas, ni siquiera son convocados, se quedan en campo abierto, hartos, cansados , sin ganas de morder más polvo y se vuelven protestones, díscolos con el “Jefe Único de Competición” quien tras enseñarles la roja, les grita :
” !Vagos al banquillo, así protestando nunca os mereceréis la medalla!”
Va por vosotros Fiscales Jueces Policías Guardias, los que con medalla o sin ella vais ganando terreno a la injusticia. El Oro y la plata no lucen más que la dignidad y el trabajo responsable y bien realizado.




