La mujer, en casa

Pensarán ustedes que el titular “La mujer, en casa“ es inexacto o le falta añadir “algo más”. Pues sí, falta algo... la cocina. Y no es porque hoy en día si no sabes de cocina no eres nadie, sino más bien porque hay mujeres y sobre todo las había, que sabían de cocina y de todo lo demás. En la cocina, cada día inventaban un plato o dos con lo que les quedaba en es “rebost”. Me acuerdo preferentemente de mi madre, mi abuela, mis tías de familia y mis tías vecinas o conocidas, porque en mi pueblo, a las buenas vecinas y los buenos vecinos -que eran casi todos- también se les llamaba tías, tíos o concos. Todo esto me viene a la cabeza con motivo del día de la mujer trabajadora, otra día mundial de vergüenza que aún seguimos celebrando.

Hoy quiero recordar y referirme sobre todo, a aquellas mujeres que conocí cuando era un niño y luego un adolescente. Ellas, habían vivido la guerra, los horrores, carencias y privaciones y continuaban recuperándose. Eran mujeres fuertes, decididas, que sacaban la casa adelante y luchaban contra viento y marea, para poder aportar un poco más, porque el sueldo del marido no bastaba para mantener a cuatro o cinco hijos, más el que estaba por llegar. Eran mujeres, que antes de entrar en la cocina para calentar la comida o la cena, o preparar la del día siguiente, habían estado un “rato“ manejando en la fábrica textil, ocho peligroso telares, artilugios, a los que muchas veces se les desprendía una pieza llamada, creo recordar, -sa llançadora-. Esta pieza, de pequeño tamaño, salía despedida a gran velocidad y podía darte en un ojo, o en otra zona de la cabeza, como en realidad ocurrió en más de una ocasión. Otra de las caricias de los telares, estaba en una especie de brazo que tenía, como un bate de béisbol, que si te descuidabas, podía a dar un fuerte latigazo en el vientre o golpear un pecho. Más duros, sobre todo con las mujeres, eran los “mayordomos” de la fábrica. Así se llamaban, una especie de encabronados vigilantes del personal. No te perdonaban ni una, ni tenían compasión. Algunos habría que fueron más humanos, pero nunca los conocí.

Aquello si que era compaginar la vida familiar y laboral, sin más ayudas que la guardería del abuelo y la abuela hasta que llegaba la noche. Antes de ir a la cama había que lavar y remendar los pantalones y camisas, los de repuesto y los de ir al cole a la mañana siguiente. Acostados los niños, aún quedaba tiempo para hacer ganchillo, que el domingo había Congreso Eucarístico y el niño tenía que estrenar jersey, “que viene el Obispo y hay que ir “ben mudats”.

Son recuerdos de infancia, como los tendrá usted y así lo cuento yo aquí, en grato recuerdo de nuestras madres, en agradecimiento a aquellas mujeres que lo dieron todo por sus hijos y su maridos, por su familia. Mujeres cansadas de trabajar, que esperaban un futuro mejor para su hijos y a las que sorprendió la vejez a pie de obra. Llegado este momento, a muchas, no se les reconoció una pensión digna, por que el cabrón de turno les había asegurado tarde y mal.

Hoy algunas cosas han cambiado, que no mejorado, y otras van en franco retroceso, para todos, es verdad, pero más para la mujer, que continúa siendo la principal perdedora y sufridora de las desigualdades y la falta de oportunidades. Como botón de muestra, la desprotección social y la reforma laboral que padecemos, la sufrimos todos, pero la padecen mucho más las mujeres. A las recientes estadísticas me refiero y no voy a recordarlas.

Hoy como ayer, la gran marginación, la agresión social y física que padecen las mujeres tiene como principales protagonistas al cabrón de turno y hay más de uno, con o sin pedigrí, con títulos o sin ellos. Algunos son de misa y comunión semanal o diaria, pero te joden igual y se lo quedan todo. Otros son simplemente cabrones y canallas.

En nombre de nuestras Madres y de nuestras Hijas hemos de seguir reivindicando y denunciando pero no sólo un día, sino a cada hora, en cada momento, sin tregua sin miedo al cabrón.

Suscríbase aquí gratis a nuestro boletín diario. Síganos en X, Facebook, Instagram y TikTok.
Toda la actualidad de Mallorca en mallorcadiario.com.

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *

Más Noticias