José Luis Mateo Hernández ha sido relevado de su cargo como responsable de la Escola d’Hoteleria de les Illes Balerars(EHIB). El cambio se ha producido esta semana. Uno más de los centenares de sustituciones al frente de empresas públicas, cargos, direcciones generales, presidencias, etc. Lo habitual tras un cambio de gobierno. Se dice que son unos 500 los cargos que andan en juego cuando hay unas elecciones.
Comprendo perfectamente que cuando toca gestionar se trata de hacerlo de gente de la más absoluta confianza y compromiso con el proyecto. Desde luego. No conozco a la nueva directora gerente de la EHIB, pero parece ser que en el mundo turístico y de la restauración tampoco han oído hablar de ella. Por cierto, tampoco constan ni erores importantes, ni contubernios políticos ni malas referencias en la Escola durante la gestión de Mateo al que el sector aplaude en su despedida.
Dicho esto, no entiendo la destitución de Mateo. Y sería sólo un ejemplo. Cuando al PP le toca gobernar saca el lanzallamas y se pone a “poner a los suyos” sin pedir referencias de si los anteriores -alguno de ellos- lo ha hecho bien. La izquierda -que va de regeneradora democrática y de transparente y ejemplarizante en la política- hace exactamente lo mismo. Te despide con un lacónico. “Es que no eres de los míos”.
¿De verdad no había un sólo cargo o directivo que merezca continuar al frente de un proyecto con la trayectoria brillante que ha desarrollado en los últimos años? ¿Ni uno? ¿Hay que sacar el lanzallamas, apretar el gatillo y arrasar sin preguntar antes?. Ni los unos ni los otros lo hacen bien. En esto son iguales. ¡Ah! y en este caso, los “limpiagrasas” de Podemos hacen y permiten lo mismo.
José Luis Mateo no mi amigo íntimo, ni pariente, ni nada parecido. Es un conocido y me consta que buena gente. El sector -y todo el mundo en la Escola dHoteleria habla maravillas de su gestión-.
Además, Mateo, se reincorporará de inmediato a la UIB para empezar un nuevo curso dando clases de Derecho Mercantil a nuevos alumnos. O sea, no es uno de los tantos ‘ni-nis’ a la caza de un cargo.
Espero que el problema de Mateo no sea ir a trabajar con traje y corbata y con la barba arreglada cada día. Espero que no.
Mientras, toda la suerte del mundo para Maria Tugores Ques. Seguro que también será consciente de que le tocará darle al botón del horno del que salen los profesionales de nuestra principal industria y que da de comer a centenares de miles de personas directa o indirectamente.
