Crónica parlamentaria

El "no minuto de silencio" por Gaza y la política turística evidencia la división en el Parlament

Negueruela y Prohens discutiendo en un debate político
Negueruela y Prohens en un intenso debate político en el parlamento.

Este martes, el Parlament balear ha vivido una intensa sesión de control al Govern, con enfrentamiento político y cruce de reproches. La diputada socialista Malena Riudavets inició la sesión guardando un minuto de silencio por las víctimas palestinas en Gaza, gesto que dos diputados de vox han boicoteado. Posteriormente, el debate se centró en el turismo, especialmente en la llegada de cruceros, desatando una acalorada discusión entre los grupos políticos de la oposición de izquierdas y el Ejecutivo de Marga Prohens sobre la sostenibilidad y las políticas turísticas.

El pleno del Parlament balear de este martes deja imágenes insólitas y un debate cargado de reproches cruzados. La sesión de control al Govern ha arrancado con polémica por Gaza y ha desembocado en un choque frontal sobre el modelo turístico.

BOICOT DE VOX

La diputada socialista Malena Riudavets decidió aprovechar su turno de pregunta al Ejecutivo para improvisar un minuto de silencio en memoria de las víctimas palestinas de los ataques israelíes en Gaza. “Ante la negativa de la cámara de guardar un minuto de silencio, emplearé un minuto de mi tiempo para recordar a las víctimas inocentes del genocidio de Gaza”, declaró.

El gesto fue secundado por la bancada de la izquierda pero Vox lo boicoteó. Los diputados María José Verdú y Sergio Rodríguez se dedicaron a golpear sus escaños durante los 60 segundos, rompiendo el silencio que sí guardaron PSOE, MÉS y Unidas Podemos y PP, aunque estos últimos sin ponerse en pie.

El PP rechazó la petición socialista de iniciar la sesión con un minuto de silencio porque el texto incluía la palabra “genocidio” y el PSOE no aceptó suprimir el término.

Miembros del parlamento debatiendo en una sesión formal
Un momento del debate en el Parlamento con varios miembros de VOX presentes.

CRUCEROS

El debate sobre turismo lo centró el conseller Jaume Bauzà, que defendió que los cruceristas “aportan mucho más que la huella turística que puedan producir”. Respondía así a la pregunta del socialista Ares Fernández, que recordó que, según una encuesta de la Aetib, el 69,2 % de los residentes pide limitar la llegada de cruceros y que en Mallorca el porcentaje sube al 77,4 %.

Un político hablando en el parlamento durante una sesión.

Bauzà replicó que el Govern “no puede prohibir nada” y que la “llave del puerto” la tiene el ministro de Transportes, Óscar Puente. Fernández le acusó de esconder durante meses la encuesta y de no aplicar ninguna medida real: ni tope de alquileres, ni tope de cruceros. “Su única política portuaria es boicotear instalaciones de acogida temporal para inmigrantes con dignidad y humanidad”, cargó el diputado.

El conseller insistió en que la encuesta no se ha manipulado y que el Govern sigue trabajando en renovar con las navieras el acuerdo de limitación voluntaria firmado en la pasada legislatura, cuando se fijó un máximo de tres buques de gran capacidad al día en el Puerto de Palma.

PULSERAS ANTIMALTRATO

Una mujer hablando en el parlamento con asistentes escuchando.

El debate subió un grado más cuando la presidenta Marga Prohens intervino para defender su política turística frente a las críticas de Més y PSOE. Lluís Apesteguia (Més) la acusó de negar la insostenibilidad de un modelo que, según dijo, consume un cuarto del agua de las islas y llena pueblos como Escorca con miles de coches. La presidenta devolvió el golpe recordando las 115.000 plazas turísticas, la permisividad con el alquiler ilegal y los chalés en rústico heredados del Pacte.

El choque con Iago Negueruela (PSIB) fue todavía más áspero. El socialista la acusó de vivir de espaldas a la saturación, de esconder datos y de renunciar a medidas como la subida del Impuesto de Turismo Sostenible o el control de rent a car. Prohens, en su réplica, aprovechó para acusar al PSOE de hipocresía en todos los ámbitos, desde el turismo hasta la igualdad. “Soy socialista porque soy machista”, remató con ironía en referencia a la polémica por las pulseras antimaltrato, zanjó Prohens, desatando la indignación en la bancada del PSIB.

 

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