Atiendan ustedes un poco la bajísima, patética calidad de la campaña electoral y, a continuación, imagínense la clase de Gobierno que nos espera. Gane quien gane, si su gestión va a ir en concordancia con la campaña... Ustedes verán: en política, debido a muchos factores (corrupción, bajas retribuciones, acusaciones infundadas) hemos echado a cualquiera que quisiera hacer las cosas bien. O sea que ahora, o ocurre un milagro o tenemos que conformarnos con lo más mediocre.





