El Pleno del Consell de Mallorca ha acordado este jueves la creación de una comisión que trabajará para buscar soluciones al "caos circulatorio" existente en las carreteras de la isla. La idea es que esta comision esté integrada por todos los grupos políticos representados en la institución insular, además de representantes del Govern y del Ayuntamiento de Palma. La idea surgió de El Pi, formación que reclamó este miércoles un plan real para solucionar los contínuos atascos que tienen que soportar los conductores en Mallorca, especialmente en los accesos a Palma en las horas puntas.
La idea ha sido aceptada y contará con el mayor respaldo institucional, por lo que se convierte en una oportunidad para avanzar en la superación de un problema cotidiano que afecta a miles de ciudadanos. La idea de formar una comisión mixta con una amplia y variada representación debería ayudar a que las conclusiones que apruebe se puedan materializar en el menor plazo de tiempo posible.
Acabar la red viaria, pendiente desde hace ya bastantes años, y potenciar de una forma decidida y firme el transporte público con nuevos equipamientos, mejores vehículos y más frecuencias serán elementos que, evidentemente, se pondrán sobre la mesa. Pero seguro que hay más fórmulas para agilizar el tránsito de coches que la comisión podrá analizar y aprobar, sin necesidad de proponer las limitaciones o prohibiciones a las que algunos sectores son tan proclives.
Las comisiones de estudio o de investigación a menudo han servido para dilatar la toma de decisiones, cuando no para enterrar directamente un asunto incómodo. En este caso, la credibilidad de aquellos que han promovido esta nueva comisión se verá refrendada en la medida que los trabajos puedan empezar sin más retraso y poniendo sobre la mesa planes concretos que puedan dar una salida efectiva a un problema que se ha extendido a todos los meses del año.
Que se avance en la solución de forma conjunta debe garantizar, además, que gobierne quien gobierne se puedan llevar a cabo los planes. En todo caso, las administraciones no pueden quedar a la espera de lo que decida esta comisión. Los trabajos pendientes deben ponerse en marcha o continuar con su planificación, porque ni la sociedad ni la economía local pueden permitirse el lujo de seguir sufriendo las millones de horas que, al cabo del año, miles de ciudadanos pierden atrapados en un atasco.
