Hace unos años, como consecuencia de movimientos sociales como el 11-M y bebiendo de sus reivindicaciones, nació un nuevo partido político que ha obtenido un respaldo popular relativo en las elecciones que se han celebrado. El existo de las elecciones europeas se ha venido matizando elección tras elección ayudados por un Partido Socialista que va camino del precipicio cual suicida convencido.
Podemos aglutinó a grupúsculos de la izquierda radical para conseguir una marca publicitaria suficientemente potente y bajo los discursos visionarios de un líder atípico formado en las televisiones con un carácter mesiánico que supera incluso al Artur Mas de sus mejores momentos (lo último lo del tronco).
Su promesa esencial era que harían las cosas de una manera diferente a como lo venían haciendo los antiguos partidos y que entendían la política como una manera diferente de servir a los ciudadanos. Nada más lejos de la realidad.
Después de unos años creo que Podemos es un partido como los de antes, da igual el año en que se fundase, lo primero que han hecho ha sido mentirnos a los ciudadanos, a saber: ofrecen trabajo a cambio de borreguismo (a que se parece a lo que hacía UM), son inmovilistas de hecho el secretario general purga a sus rivales cual Stalin (no les suena esto…), no dimiten pues se irrogan la representación de los ciudadanos (cito cuantas veces ha exigido el ciudadano Iglesias responsabilidades políticas a otros y tiene aquí a la greña a los diputados Jarabo y Huertas).
Creo que estamos ante más de lo mismo, un sucedáneo de partido político que no cree en la democracia interna, en la libertad de expresión ni en la discrepancia; hacen política de espalda a los ciudadanos y lo único que les preocupa son los sillones y la moqueta, en definitiva un fraude. Que pasen un buen día.
