Hija de puta, sin paliativos y en directo. Eso sí, ante la histeria de la madre de Aída Nízar, Jorge Javier, el inefable presentador de Supervivientes, intenta atenuar un poco la explosiva situación en el plató asegurando que ha utilizado la expresión ‘hija de puta’ como sinónimo de ‘mala persona’. No cuela. O sí, porque la Nízar es el personajillo más repelente, más odiado, más falso y más petulante de los realities show que en Telecinco han sido, a decir de compañeros, de colaboradores y de mensajes de texto que mandan los telespectadores y que luego aparecen en forma de subtítulo en la pantalla. Esta polemista profesional, con página web propia, viene avalada por su estancia efímera en una edición de Gran Hermano, donde ya se le apreciaron maneras más que sobradas de lianta y follonera. Y sigue la trayectoria impertérrita. Ahora, al parecer, ha jugado sucio insinuando a Rosa Benito lo del trágico accidente de Ortega Cano, a pesar de tener un acuerdo de confidencialidad, una prohibición expresa de revelar este controvertido asunto. Jorge Javier, si pelos en la lengua, presentador políticamente incorrecto, provocador, la ha calificado de hija de puta y lo ha repetido varias veces en directo y bajo el ataque de histeria de la madre de la llamada hija de puta. El presentador viene a decir que no es lo mismo ‘hijaputa’ que ‘hija de puta’, que el en caso de Aída es como decir mala persona. Estas son las cosas del estilo y la estrategia de Paolo Vasile, el de las dos caras, de descubrir, potenciar, promocionar y dar segundas oportunidades a gentes tan odiadas como la Nízar. Más que nada para provocar. Provoca que alguna audiencia llega.
