Ya no se les ve por las inmediaciones de las empresas morosas de sus clientes, dando la tabarra con las deudas contraídas. Los cobradores del frac también se han modernizado y ahora reclaman y denuncian a los que no pagan con anuncios en prensa. De paso, se ahorran personal. Estos días están apareciendo en los diarios de papel unas inserciones publicitarias del célebre cobrador del frac reclamando impagos a una retahíla de empresas a nivel nacional. Entre ellas, por cierto, algunas que son de Mallorca e Ibiza, aunque no muchas para lo que está cayendo. Se ignora la efectividad de estos anuncios. En una situación crítica como la que vivimos, a pocos les afecta que el nombre de sus empresas aparezca en una lista de morosos. De perdidos, al río. Y menos si se hallan en medio de un proceso concursal (llanamente, en suspensión de pagos). Lo que está claro es que los tiempos han cambiado incluso para los cobradores del frac. Ahora ya no son de carne y hueso, pues vienen a ser como virtuales: aparecen dibujados en faldones y cuartos de página junto a la relación de empresas que por una u otra causa han dejado de pagar sus deudas.
