Gracias a Francina Armengol tenemos un circo permanente en las instituciones de gobierno de Baleares. Pero no debemos limitarnos a lamentar el escándalo continuo de los comunistas podemitas, porque los autodefinidos como adalides de la “nueva política” no sólo son el ejemplo de la peor “vieja política” con sus coacciones, chantajes, purgas, enchufismo, nepotismo, corruptelas, imputaciones, etc., sino que sus fines son mucho más siniestros y deleznables.
Los dos partidos que sostienen a la catalanista y socialista presidenta balear, MES y PODEMOS, se declaran, la marca de BILDU en Baleares los primeros, y los segundos, cada vez que el mundo proetarra organiza uno de sus actos de protesta, se alinean con ellos y en contra de las víctimas de esta lacra. No en vano, desde su origen sus dirigentes, incluido Pablo Iglesias, han encontrado “explicaciones políticas” a los asesinatos de la banda terrorista. El último ejemplo lo tenemos en la manifestación celebrada hace 5 días por la red de apoyo a los presos de ETA, en la que exigieron la supresión de la política penitenciaria antiterrorista bajo el lema "Yo Denuncio".
Los batasunos salieron a las calles a pedir la liberación de sus peores asesinos gracias a una legislación laxa, que trata estos actos de ofensa a las víctimas del terrorismo como una expresión más de protesta política. En este ambiente encajan a la perfección los de Alberto Jarabo y Laura Camargo mostrando lo que realmente son: Una formación ultraizquierdista, radical y revolucionaria comunista, que sus dirigentes tratan de hacer pasar por un movimiento ciudadano “de la gente” y otras sandeces que algunos hoy, increíblemente, se siguen creyendo. Sin embargo, una y otra vez se demuestra la proximidad de sus dirigentes con las tesis de las bandas criminales que más dolor han provocado en España en los últimos años.
Que nadie se lleve a engaño creyendo que hay una corriente moderada en los morados, porque el que promovió la asistencia a la manifestación proetarra de Bilbao fue el que algunos consideran como la voz de esa corriente: Íñigo Errejón.
La indigencia intelectual, la cochambre moral y la ofensa a la ética por parte de los dirigentes podemitas se intenta disfrazar ante el electorado ayudados por una serie de medios de comunicación. Sin embargo los dirigentes beben en las fuentes del comunismo, la ideología más criminal que ha sufrido la humanidad, y admiran los regímenes totalitarios. Evidentemente, su lugar está con los antisistema separatistas y los proetarras, con los que se manifiestan y apoyan, en Bilbao y en Palma de Mallorca.
Entre libertad y tiranía PODEMOS (y MES) está con los totalitarios, incluso con aquellos que han utilizado el asesinato como medio para alcanzar sus siniestros objetivos. El pueblo balear no se merece este nivel de radicalización en sus instituciones y gobiernos. No es justo ni democrático si tenemos en cuenta el respaldo electoral que estos partidos obtienen.