Podemos ha presentado este lunes una proposición no de ley en el Congreso en la que insta al Gobierno a modificar el Código Penal para suprimir el delito de enaltecimiento del terrorismo y así despenalizarlo. Actualmente este tipo penal está castigado con cárcel de uno a tres año y multa de 12 a 28 meses. Pablo Iglesias ha defendido esta iniciativa alegando que es preciso proteger la libertad de expresión y que la Policía y la Guardia Civil deben perseguir más a los corruptos y mafiosos “y no a las personas que opinan diferente o que hacen bromas a través de Twitter”.
Francamente, no se percibe en la sociedad ni en la ciudadanía decente de este país una demanda en este sentido, ni parece que los tribunales se estén excediendo en la aplicación de la Ley. Sin embargo, Podemos se preocupa más por quienes cometen delitos y son condenados que por las personas ofendidas por esos delitos. La querencia de Podemos a estar junto a los delincuentes es histórica y nada nuevo. De hecho, buena parte de la bancada podemita en el Congreso de los Diputados tiene antecedentes penales, lo cual naturalmente genera empatía en el resto de miembros de la banda. Y en este contexto, cobra gracia que anden permanentemente lanzando reproches sobre el PP y “La Trama”, esta nueva invención de marketing que toma a los ciudadanos por auténticos gilipollas e incapaces a quienes hay que dirigir y llevar de la mano. Los delitos de miembros del PP y del PSOE les preocupan mucho, pero no así los que ellos cometen ni tampoco los que cometen aquellos a quienes ellos apoyan e incluso reciben en el Palacio de la Carrera de San Jerónimo.
Allí, la semana pasada recibieron a los familiares de los agresores de dos guardias civiles y sus parejas en la localidad navarra de Alsasua. Algunos de ellos están en prisión preventiva. En lugar de posicionarse junto a las víctimas y más concretamente de mostrar su apoyo a todos los guardias civiles que en condiciones muy penosas desempeñan su labor en una sociedad hostil que exige su marcha por medios absolutamente fascistas, Podemos presenta iniciativas en el Congreso para que quienes agredieron a los funcionarios públicos no sean juzgados como reos de terrorismo. Así son ellos, siempre preocupados por los delincuentes y siempre ignorando a las víctimas. Tan desvelados por el acercamiento de los presos etarras a las cárceles vascas, tan intranquilos porque se juzgue a quien se muestra orgulloso de los secuestros de los GRAPO o a quien hace befa de Ortega Lara o Irene Villa.
Que el magistrado Juan Pedro Yllanes o el guardia civil Juan Antonio Delgado se desmarcasen de la iniciativa, no resta gravedad a lo sucedido. Me gustará saber qué opinan ahora tan insignes diputados de la última iniciativa de su formación, que pretende procurar impunidad a quien enaltezca o humille a las víctimas del terrorismo. Yo ya les avanzo lo que me parece a mí: me causa repugnancia y retrata la miseria moral de esta banda más próxima a los delincuentes que a la gente decente y honrada de este país.