Un lector de este digital decía ayer con mucha gracia que Bauzá aplicó las tijeras al Govern de un plumazo, sin enrollarse con leyes del Buen Gobierno, con planes estratégicos, o con sesudas reuniones de debate en una finca rústica en lo más denso del bosque, para que las ideas no se pierdan. De un plumazo y ya está. Ustedes verán: no hay nada más absurdo que el intento de algunos de marear las cosas indefinidamente para no tener nunca que tomar las decisiones que todos sabemos cuáles son pero que no se atreven a adoptar. Bauzá ha demostrado tener las ideas claras. A su nivel, casi todo el mundo puede llegar a tener las ideas claras. Pero... Yo estoy convencido de que esta contundencia, estas decisiones tan firmes sólo se pueden adoptar cuando, como hasta ayer, el presidente no tenía compromisos con nadie, estaba intacto en su cargo, como si no debiera nada a nadie. De aquí a unos meses las cosas se van a complicar, las relaciones personales empezarán a entrelazarse a su alrededor y todo se hará más difícil. Ni hablemos si, encima, como le pasaba a Antich, estas relaciones implican otros partidos y otras familias dentro de la casa propia.
