Intenten dar un paseo por Palma fijándose en los comercios. El panorama es dantesco. Comercios boyantes de hace unos años tienen ahora el cartel de "se traspasa" y están al borde del cierre. En los alrededores de la Plaza de Cort los comercios que están a punto de cerrar se tienen que contar con las dos manos, y lo mismo ocurre en Sindicato y Sant Miquel. En Sindicato, además, se produjo otro fenómeno preocupante. Los comercios de productos chinos han copado la calle que hasta hace poco era un lugar clave para los consumidores. El panorama es dantesco y, lamentablemente, no veo una solución a corto plazo. La crisis ha provocado un daño irreparable a estos negocios, pero también es cierto que hacen falta otras medidas para impulsar este sector. La apertura de domingos, por ejemplo, podría suponer un respiro para los empresarios, pero ni la administración parece tomarse el problema en serio ni los comerciantes acaban de entender que hay que tomar medidas estructurales drásticas para evitar que todo vaya aún a peor.





