Ustedes verán: esto es como si fuéramos una familia arruinada, que debe diez veces el valor de su piso y que decide que va a darle un pienso de peor calidad al gato, a ver si así logra recuperar el equilibrio económico. Al menos eso deduzco yo cuando hoy en un periódico de Palma leo que para luchar contra el déficit de 1.300 millones de euros que tienen las empresas públicas del Govern se ha pensado en reducir algunos salarios. A ver, que yo no soy hombre de números pero que convirtiendo los 1.300 millones en pesetas sí me hago una idea. 1.300 millones son algo así como 200.000 millones de pesetas, o sea mi sueldo y el de todos los profesores de mi instituto y de todos los institutos de Mallorca, Baleares y España hasta el infinito y más allá. Nos pueden sacrificar a todos en una enorme pira, pero no bastará. Estamos hablando de cifras que, evidentemente, ni siquiera quienes las manejan las entienden.





