Durante la celebración del juicio a puerta cerrada, en los juzgados de Via Alemanya, en Palma, la Fiscalía y la acusación particular solicitaba que el religioso fuese condenado a penas de un año y tres meses y de dos años y medio de cárcel, respectivamente. El acusado negó los presuntos abusos.
La magistrada sostiene en su resolución que no han quedado acreditados los tocamientos del encausado al joven monaguillo, como ha avanzado el diario Última Hora.
La sentencia recoge que, en julio de 2020, el por entonces párroco de la iglesia de Sant Sebastià, en la barriada palmesana de es Fortí, pidió al joven que fuera a la sacristía a recoger un libro. Sin embargo, rechaza que el ordenador de acusado estuviera abierto con una página pornográfica de contenido gay, "un extremo no corroborado en modo alguno".
HECHOS NO PROBADOS
Entonces, el encausado le planteó quedar esa tarde y el denunciante se presentó hacia las 18.00 horas en la casa parroquial, donde, si bien se sentaron juntos en el sofá, "no ha quedado demostrado que estuvieran pegados" ni que el acusado "le pusiera las piernas encima de las del chico, ni que intentara llegar con sus pies hasta sus genitales", concluye la jueza.
También considera que no ha quedado probado que el hombre acariciara las manos del monaguillo o que le metiera la mano por debajo del pantalón.
Contra esta sentencia cabe un recurso de apelación ante la Audiencia Provincial.
Cabe recordar que la denuncia y posterior imputación del expárroco de Sant Sebastià y exprior de Lluc llevó al Obispado de Mallorca a apartarle de sus funciones.
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