La concejal de Participació Ciutadana de Sóller, Laura Celià, ha explicado en declaraciones a mallorcadiario.com, que el pueblo está apunto para dar inicio este lunes a mediodía al popular Firó, la celebración principal de las fiestas de mayo del municipio. Este año, la edición del Firó vive una situación especial y centra, aún más si cabe, la atención de los habitantes del resto de Mallorca debido a que por primera vez será necesario presentar una pulsera acreditativa para entrar a la plaza donde tiene lugar la batalla final.
Según explica la concejal, este lunes sólo podrá haber 8.500 personas en la plaza, entre participantes y público, en el momento de la batalla. 7.500 de las pulseras que dan derecho a estar en el momento cumbre del firó ya han sido distribuidas pero todavía quedan 1.000 unidades que se reservan para que este mismo lunes, a partir de las 18:00, los interesados en asistir como público puedan hacerse con ellas de forma totalmente gratuita.
Celià ha remarcado que los motivos que les llevan a restringir el acceso a la plaza son esencialmente de seguridad "por si se tuviera que llevar a cabo alguna evacuación de emergencia". La concejal reitera del mismo modo que el resto de batallas y actos del Firó son de libre acceso y no se va a impedir a nadie que participe en ellos. Las 1.000 unidades de la pulsera acreditativa que se han reservado para este lunes se podrán recoger en los diferentes acesos a la plaza a partir de las 18:00.
El Firó es un día entrañable para los sollerics, pero también lo son los días previos. Este fin de semana se han llevado a cabo un conjunto de actividades como la misa solemne, la ofrenda floral o la feria de ganadería. Todos estos actos han llenado las calles de Sóller tanto de residentes como de personas del resto de Mallorca que no han querido perderse un evento tan señalado en el calendario. Otra tradición que también se ha seguido un año más, como no podía ser de otra forma, son las reuniones familiares entorno a una gran mesa para comer caracoles, plato que no puede faltar en un auténtico domingo de Fira.
