Tarifas y seguros privados

La sanidad privada en nuestra comunidad es muy potente, de gran calidad y juega un papel fundamental en la asistencia sanitaria de los más de 1.200.000 ciudadanos de la Comunidad, desde una complementariedad y sinergia excelentes con la sanidad privada. Hoy muchos ciudadanos sostienen con sus impuestos la sanidad pública y a su vez se pagan un seguro privado. Por algo será. Las listas de espera serian de des-esperación sino hubiera esa conexión sanidad pública-privada. Muchos médicos que trabajan en el Ib salut, lo hacen y también en el ámbito asistencial privado.

Una vez dicho esto, hay un tema peliagudo, donde los haya y complejo y difícil de abordar es los honorarios que reciben los médicos que trabajan en los seguros privados sanitarios.

El otro día unos colegas, que lo hacen, me hacían una serie de reflexiones , que yo me permito , trasladar a este artículo.

¿Es justo, adecuado y proporcional las tarifas que cobran los médicos por realizar sus distintas actividades y actos en su ejercicio profesional en el ámbito de los seguros privados?¿ Se puede sostener una buena calidad y calidez asistencial cuando los honorarios están en el parque Jurásico retributivo?¿No es una relación cuasi abusiva , aunque sea legal y aceptada por el galeno, las condiciones económicas impuestas por ciertas aseguradoras al colectivo médico?¿No es posible negociar una progresividad y una secuenciación en las retribuciones?

¿No se deberían ensayar nuevas fórmulas que evitaran los desencuentros y los encontronazos?¿Por qué no establecer un plus individual referenciado al nivel de carrera profesional y a otras variables cuantitativas y cualitativas asistenciales?¿Es sostenible y lo que es más importante es sustentable esta dispersión aseguradora con los actuales retos tecnológicos, la prevalencia de enfermedades crónicas, el déficit de médicos y las actuales cuotas?¿La asimetría retributiva actual no es generadora de malentendidos interpersonales que afectan negativamente la actividad asistencial?

Una relación de respeto y reconocimiento recíprocos evitara conflictos y deterioro del sistema. El medico tiene ciencia, conciencia, gran responsabilidad y muchas veces vocación, pero está sometido a un estrés laboral importante y al depredador burnout en el que confluyen determinadas variables personales, pero también organizacionales.

Su gestión del conocimiento tiene un gran valor, pero el precio debe de ajustarse. Falta coraje y pedagogía para establecer límites en los derechos y en los deberes de los asegurados, que deberían racionalizar sus demandas y ser conscientes de que los servicios que reciben deben de ser sustentables.

Y sobre todo no olvidemos que, a mayor gradiente ético, tanto personal como organizacional, mayor satisfacción para todos. Todos ganan y todos pierden. Esta muy clara la elección porque: tu ganancia no es mi pérdida.

Ya saben en derrota transitoria pero nunca en doma.

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