Probablemente sea uno de los aparatos más inútiles que existan: el "soplahojas" sirve para eso, para soplar, pero de recoger nada de nada. Pero si encima se pone en marcha de buena mañana -como ocurre casi siempre- uno tiende a mosquearse mucho. Y más con el calor castigador que nos azota desde hace un mes y por el que es imposible cerrar las ventanas para dormir. Resumen: hojas esparcidas y vecinos cabreados que suben imágenes como ésta a Facebook.





