El señor Donald Trump, que los medios nos presentan habitualmente como un estúpido y yo no creo que lo sea, es el candidato demócrata que en un mes se enfrentará a la Sra. Clinton para la elección del Presidente de Estados Unidos. El señor Trump, al que no votaría por muchos motivos, ha dicho una cosa gravísima en democracia y ha sido duramente criticado por ello; si pierde las elecciones no aceptará los resultados.
En democracia es imprescindible que el que organiza una elección no amañe los resultados y es asimismo igual de importante que el derrotado reconozca la derrota y la asuma. Si el señor Trump es el autor de tamaña barbaridad democrática es un escándalo y toda la pseudo progresía se rebela a dicha opinión, pero si lo dice la señora Armengol consideran que es la defensa de las minorías.
El pasado domingo la señora Armengol volvió a perder una votación (materia en la que es una auténtica experta) y en lugar de aceptar los democráticos resultados del comité federal se declara insumisa. La señora Armengol es presidente de un gobierno tras una votación, ¿qué diría si los que no la votaron se declararan insumisos y no le reconocieran su autoridad?
Hace unas semanas se produjo otro comité federal en el que hasta entonces secretario general, al que apoyaba la señora Armengol, pretendía amañar una elección colocando una urna y sin ningún control sobre los votantes. Como consecuencia de ese episodio y otras vergonzantes actuaciones cayó dicho secretario general. Nació una gestora que, nombramiento que no me consta que haya sido impugnado ante los órganos del partido o ante la Justicia; en consecuencia dicha gestora es legítima y si eso es así, como lo es, se deben acatar los resultados.
Allá en 1985, en primero, en derecho natural, manejamos una obra escrita por el catedrático Dr. Gregorio Robles titulado las reglas del juego y las reglas del derecho. Imagino que los filósofos del derecho habrán publicado obras desarrollando esta teoría, en cualquier caso recomiendo su consulta a la presidente Armengol.
Es esencial para el correcto funcionamiento del sistema que los que pierden las votaciones acepten los resultados y se plieguen a los mismos. Es legítimo discrepar, hacer oposición, impugnar ante los Tribunales, opinar en los medios, pero es esencial para que la supervivencia de la democracia que se acepten los resultados. Espero que la señora Armengol no sea como el señor Trump. Que pasen un buen día.
