Esta semana anunciaban desde Twitter que a partir de ahora van a incluir en las reglas de uso de la red social la eliminación de cuentas que inciten al odio contra las personas LGTBI. Es un gran avance para evitar los ataques, insultos, acoso y humillación que se vierten desde numerosos perfiles, algunos anónimos y otros no tanto. ¿Qué van a hacer los señores de Twitter con perfiles como los de Hazteoir.org o el Institut de Política Familiar de Balears entre otros? ¿Quién va a decidir a partir de que punto un perfil deberá ser eliminado? ¿Cuánto van a tener que insultar o atacar antes de que les bloqueen las cuentas a estos señores? No sé por qué pero me da a mí que al final la cosa se va a quedar más que nada en una mera declaración de intenciones.
Internet y en particular las redes sociales son un campo sembrado de mensajes de odio y homofobia y la lentitud de los administradores de estas redes o directamente la indiferencia hacen que prácticamente sea imposible hoy en día atajar los mensajes de odio hacia el colectivo LGBTI. Parece como que lo que se dice en Twitter o Facebook no tiene consecuencias y las redes sociales hacen valientes a verdaderos cobardes que frente a frente son incapaces hasta de mirarte a la cara.
Grupos de ultracristianos, neonazis, falsos sanadores o islamistas varios campan a sus anchas por la Red sin que nadie le ponga remedio. Es curioso lo rápido que censuran cuando de repente alguien enseña un poco más de carne de lo moralmente permitido y como hacen la vista gorda con otros temas mucho más graves e importantes como son los mensajes de odio. La libertad de expresión o la mal entendida caridad cristiana no pueden servir de parapeto para que algunos puedan decir lo que les dé la gana sin que esto tenga consecuencias. Los señores de Twitter han dado el primer paso, esperemos que otras redes sociales tomen ejemplo y empiecen a hacer lo mismo para así hacer de Internet un lugar mejor.
