Soy madre de una antigua alumna de los colegios situados en el Parc Bit, que ahora vuelven a estar en el centro de la polémica por el hecho de ofrecer una educación diferenciada para niños y niñas, como otros muchos de toda Europa y América. Mi hija fue al colegio Aixa desde que abrió sus puertas, ahora hace casi diez años. Estoy muy contenta de la educación que ha recibido porque en este colegio no sólo se procura una formación intelectual sino también humana. Una educación que ha sido posible gracias a las aportaciones económicas que muchas personas dieron al colegio para que se pudieran becar a las alumnas que inicialmente se matricularon en un centro concertado, pero que luego vieron como el concierto, por desgracia, fue derogado tras un cambio de Gobierno. Gracias a esas becas muchas familias pudieron afrontar el pago de un centro que pasó a convertirse en privado hasta que el concierto se recuperó años después por sentencias firmes de los tribunales. ¿Se imaginan el caos? Se planificó su apertura como centro concertado y, sin embargo, se tuvo que abrir como centro privado. Los años pasaron y, finalmente, hasta cuatro sentencias dieron la razón a estos centros educativos. El TSJB incluso fijó una indemnización económica para los colegios por el perjuicio causado durante los años anteriores, pero tras la imposibilidad por parte del Govern de poder hacer efectiva dicha indemnización, se llegó a un acuerdo entre la conselleria de Educación y los colegios para ampliar el concierto a nuevos cursos.
Como madre de familia de clase media, como ciudadana que paga sus impuestos, me entristece volver a ver que la historia se repite. Tras un nuevo cambio de Gobierno se vuelven a cuestionar los conciertos de estos colegios. Simplemente me gustaría preguntar a nuestros dirigentes: ¿por qué estorban tanto estos centros?, ¿por qué tantas ganas de convertirlos en colegios "sólo para ricos"? En definitiva, ¿por qué tanto miedo a que estos colegios funcionen como cualquier otro? Maduremos de una vez por todas políticamente, aceptemos la pluralidad de nuestra sociedad y que cada familia, independientemente de su posición económica, pueda llevar a sus hijos al centro educativo donde crea que se vive una mayor coherencia entre el ámbito escolar y el familiar. Animo a los nuevos dirigentes a que sean valientes, a que se abran a los nuevos tiempos, rompan dicotomías y se alegren de fomentar sociedades justas y tolerantes, donde todo el mundo tenga cabida independientemente de sus ideas, siempre y cuando éstas no supongan un peligro para la sociedad. Francina "esper que sigui una presidenta vertaderament per a tots”. Moltes gràcies.
Antonia Mut Vich