30 adolescentes acogidos por la Fundació Natzaret disfrutarán este mes de junio de un viaje de verano a las Rías Baixas, en Galicia, gracias al patrocinio de Endesa, que un año más colabora con la entidad social en su compromiso con la infancia y la juventud en situación de vulnerabilidad. La actividad, que tendrá lugar del 24 al 26 de junio, incluirá propuestas de ocio, excursiones y deportes acuáticos en O Grove, en la provincia de Pontevedra.
El viaje —en el que participarán también diez educadores— tiene como objetivo fomentar no solo el ocio y la desconexión estival, sino también valores fundamentales que la fundación trabaja durante todo el año: el respeto, la convivencia, la puntualidad, el orden y la educación.
COMPROMISO CON LOS JÓVENES VULNERABLES
La Fundació Natzaret, con una larga trayectoria en Baleares, ofrece atención integral a menores tutelados. Su modelo de intervención se basa en proporcionar un entorno seguro, afectivo y educativo para que cada joven disponga de las mismas oportunidades que el resto de su generación. Profesionales y voluntarios dedican su labor diaria a cubrir necesidades básicas, pero también a estimular el desarrollo personal, emocional y académico de los jóvenes.
Durante la presentación oficial del viaje, celebrada este martes en la sede de Endesa en Palma, participaron el bisbe de Mallorca, Sebastià Taltavull, presidente de la fundación; Martí Ribas, director de Endesa en Baleares; Guillem Cladera, gerente de Natzaret; y Maria Magdalena Frau, responsable de Relaciones Institucionales de Endesa.
UN VÍNCULO QUE SE MANTIENE
Esta no es la primera vez que Endesa se implica con la entidad. En ediciones anteriores, la empresa ha patrocinado viajes a destinos como Barcelona, Salou, Port Aventura, Madrid, París (Eurodisney), Sevilla o Valencia, entre otros. En todos ellos, el objetivo ha sido el mismo: ofrecer a estos jóvenes una experiencia enriquecedora fuera de su entorno habitual, en un contexto de convivencia y descubrimiento.
Para Endesa, apoyar a entidades como Natzaret forma parte de su compromiso con la responsabilidad social y con los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS). Según destacó la compañía, se trata de actuar “con sensibilidad y vocación de servicio” en los territorios donde opera.
“Es un orgullo poder colaborar con una entidad tan arraigada y comprometida como la Fundació Natzaret. Su labor es esencial para compensar las carencias que sufren muchos menores en su entorno familiar y social”, declaró Martí Ribas durante el acto.
APRENDIZAJE FUERA DEL AULA
Los viajes de verano no solo representan una recompensa tras el curso, sino también una oportunidad educativa en sí misma. El equipo educativo aprovecha estas convivencias para trabajar competencias sociales, habilidades personales y normas básicas de convivencia. Todo ello en un entorno diferente al habitual, lo que refuerza el impacto formativo de la experiencia.
“Estas actividades permiten a los chicos ampliar horizontes y reforzar su autonomía, además de sentirse acompañados, valorados y respetados”, subrayan desde la fundación.