¿Cuáles serán sus principales objetivos como nueva directora de Asima?
Dar continuidad a la línea ya marcada defendiendo los intereses de los asociados e impulsando el asociacionismo entre las empresas de los polígonos industriales que representa Asima, Son Castelló y Can Valero. Ya que el movimiento asociativo empresarial es un motor imprescindible para el progreso económico y social.
¿La sostenibilidad ha pasado a ser ya un pilar fundamental en cualquier proyecto empresarial?
Sin duda, sí. La sostenibilidad ya no es un complemento ni un valor añadido. Se ha convertido en un pilar estratégico para cualquier empresa que quiera ser competitiva a medio y largo plazo. Hoy las compañías no sólo deben responder a criterios económicos, sino también sociales y medioambientales, porque así lo exigen el mercado, la regulación y la ciudadanía.
¿Y en el caso concreto de Palma?
En entornos como los polígonos empresariales de Asima, vemos claramente esta transformación. Las empresas están incorporando la sostenibilidad en su modelo de negocio porque genera eficiencia energética, reducción de costes, oportunidades de innovación, atracción de talento y acceso a financiación.
¿Qué papel desempeña Asima en este cambio de perspectiva?
Desde Asima acompañamos este cambio promoviendo iniciativas que van desde la economía circular, la movilidad sostenible o la gestión responsable de recursos, hasta la sensibilización y el impulso de alianzas empresariales. Para nosotros, la sostenibilidad es ya un factor clave para construir un tejido empresarial más sólido, resiliente y preparado para el futuro.
También pasará a dirigir la Fundación Asima, que ya conocía...
Así es, durante más de seis años he tenido la oportunidad de coordinar la actividad formativa de la Fundación Asima.
"Daré continuidad a la línea ya marcada defendiendo los intereses de los asociados e impulsando el asociacionismo entre las empresas de Son Castelló y Can Valero"
¿Cuáles serán sus metas concretas a partir de ahora en la Fundación Asima?
Seguiremos consolidando la formación como puente con el tejido empresarial. Nuestro propósito es reforzar programas que faciliten la empleabilidad, actualicen competencias y acerquen a los jóvenes y profesionales a las oportunidades reales que existen en los polígonos empresariales, como ya se está haciendo con la Escuela Superior Hotecma.
Ah, de acuerdo...
Y entre las metas, como me pregunta, seguir siendo un ejemplo de cómo una organización empresarial promueve iniciativas vinculadas a la responsabilidad social, la cooperación y la solidaridad.
Asima lleva ya muchos años implicada en iniciativas solidarias. ¿Se profundizará en ese camino?
En Asima siempre ha primado la vertiente solidaria, más aún desde la creación de la Fundación Asima. En los últimos años hemos actuado enseguida organizando iniciativas solidarias ante situaciones dramáticas como fueron la pandemia, la guerra de Ucrania y la dana. En este aspecto, seguiremos reforzando para potenciar proyectos sociales.
¿Qué destacaría de su labor previa en la CAEB como directora del Departamento de Formación?
Tengo un recuerdo muy grato de los veintidós años y medio en los que desarrollé mi actividad profesional en la CAEB. Fueron años de una gran actividad formativa, en los que desarrollábamos proyectos de interés para las asociaciones empresariales, con las que compartíamos intereses y necesidades de futuro.
¿Las nuevas tecnologías nos obligan a una formación constante en nuestros respectivos ámbitos?
Totalmente. La velocidad a la que evolucionan las nuevas tecnologías hace que la formación continua ya no sea una opción, sino una necesidad para cualquier profesional y para cualquier empresa. La digitalización, la automatización, la inteligencia artificial o la transición energética están transformando todos los sectores, y quien no se actualiza corre el riesgo de quedarse atrás.
"En Asima siempre ha primado la vertiente solidaria, más aún desde la creación de la Fundación Asima"
¿Esa actualización afecta tanto a empleados como a empresarios?
Para los empleados, la formación constante es clave para mantener su empleabilidad, ampliar competencias y adaptarse a nuevas funciones que surgen en un entorno cambiante. Pero esta exigencia no es sólo para los trabajadores, pues también los empresarios deben actualizarse para tomar decisiones informadas, liderar procesos de transformación y anticiparse a las nuevas demandas del mercado.
¿Cree que los jóvenes de hoy están tan bien formados como los de las generaciones anteriores?
Yo diría que sí, pero con una diferencia importante, en concreto, que están formados de manera distinta, adaptados a un contexto que no tiene nada que ver con el de generaciones anteriores. Hoy los jóvenes cuentan con una preparación mucho más digital, con mayores competencias tecnológicas, con capacidad para trabajar en entornos cambiantes y con una visión global que antes era menos habitual.
¿Es suficiente esa preparación?
Desde Asima vemos cada día jóvenes muy preparados, con talento, motivación y una enorme capacidad de adaptación. Lo que necesitan son oportunidades para demostrarlo y espacios de conexión con el tejido empresarial, y precisamente ahí trabajamos, reforzando puentes entre educación y empresa para que su formación se traduzca en un futuro profesional sólido.
¿Cuál sería la principal diferencia entre los polígonos de hace cincuenta años y los actuales?
La diferencia fundamental es la evolución de un modelo puramente industrial hacia un modelo empresarial mucho más diverso, moderno y orientado a las personas. Hace cincuenta años, los polígonos eran espacios concebidos casi exclusivamente para la actividad industrial y logística, con infraestructuras básicas y una visión muy funcional.
"Los jóvenes están formados de manera distinta, adaptados a un contexto que no tiene nada que ver con el de generaciones anteriores"
¿Y ahora?
Hoy, en cambio, los polígonos actuales, y especialmente los de Asima, son auténticos ecosistemas empresariales, donde conviven industria, servicios, tecnología, innovación, comercio y formación. Han pasado de ser zonas periféricas a convertirse en entornos estratégicos para la economía de la isla.
¿Cuáles son los nuevos retos a los que deben dar respuesta entidades como Asima?
Las entidades empresariales como Asima nos enfrentamos hoy a retos que combinan innovación, sostenibilidad y competitividad, y que requieren una respuesta ágil y coordinada. Y entre estos retos destacaría la sostenibilidad y eficiencia energética, la atracción y retención de talento, la cohesión y colaboración empresarial, y la adaptación al contexto económico y social.
¿La colaboración entre la Administración y el sector privado sigue siendo hoy esencial?
Sí, sigue siendo absolutamente esencial. La colaboración público-privada permite crear sinergias, optimizar recursos y generar proyectos que realmente tengan impacto. Por ejemplo, en infraestructuras, movilidad, formación profesional o transición energética, la cooperación entre administraciones y empresas es clave para que las iniciativas sean efectivas y sostenibles.
¿Y en el caso de Asima?
En Asima trabajamos de manera constante para facilitar el diálogo y la coordinación, asegurando que las políticas públicas y las necesidades del tejido empresarial se alineen. Creemos que una economía fuerte y resiliente solo se construye mediante alianzas sólidas entre todos los agentes del territorio, generando valor no sólo para las empresas, sino también para la sociedad en su conjunto.
