Empezaré con dos mantras psicológicos facilotes: a la personas no les afecta lo que ocurre sino como lo interpretan y lo que importa no es lo que pasa sino lo que haces con lo que te pasa. Aclaremos: son las personas quienes están crisis. No son los votantes, ni vetantes ni abstinentes del PP los que están en crisis. Están en crisis los políticos del PP balear, es decir unos pocos. Algunos, incluso en crisis crítica. Su dinámica grupal esta plagada de conflictos interpersonales, de malentendidos y de emociones tóxicas.
Los gigantes y cabezudos del alma, es decir: odio, rabia, resentimiento y venganza condicionan y determinan el enfoque racional y la toma de decisiones prudentes. Ruido amplificado y externalizado de forma interesada. Es la gestión que está haciendo del duelo lo que contamina todo. La pérdida se complementa con el navajeo cainita y paranoide. No hay confianza, hay desconfianza, hay sospecha, hay suspicacia y mucho paranoidismo. Se buscan responsables debajo de las piedras y el deporte preferido es la caza y captura del chivo expiatorio.
Están tan absortos y gastan tanta energía, rivalizando entre ellos, que parecen adolescentes compitiendo por “ver quien la tiene mas larga”. Son tan desleales unos con otros y otros con unos que no escatiman ni impostura ni sobreactuación alguna. Además con un atrezzo y una escenificación deplorable. Dan risa. Están peri-patéticos.
O como dice el genial Ussía se comportan como “tontos con el balcón a la calle”. Van al regate corto y si es posible a ganar por goleada, tantos unos como otros, obviando que es en la complementariedad donde se consigue un buen balance. El equilibrio llegará más tarde. Si no estuvieran tan de-sustanciados, se darían cuenta, de lo que tienen, lo que representan y a quienes representan.
Tiene un déficit de silencio y una sobredosis de algarabía. Tienen que recuperar el silencio grupal preñado y fértil. Es el silencio lo que soporta y da valor a las palabras. Hay que hacer un alto en el camino y hacer una escucha activa de los silenciosos. Se necesita que hablen, no en la prensa, sino en los espacios internos de deliberación. Hay que sumar, no restar y dividir.
Sobra ombligofilia y egoísmo. Hay que objetivizar y renunciar a tanto subjetivismo. Hay que poner la atención en los valores que les unen. Hay que priorizar los objetivos. Hay unas elecciones generales claves en el devenir de nuestro país en noviembre y tienen que ponerse en la tarea, ya. Tiene que combatir la es-tupidez (no ver lo obvio), en la cual están atrapados y centrarse más en la observación de la realidad externa y no interna.
Hoy más que nunca es necesario una adecuación de los liderazgos sociales que permitan, en vez de una revolución, que nos deje en el mismo lugar en el que estamos, o un poco mas rezagados si cabe; una evolución en el que respetando lo conseguido, integre, tras el análisis reflexivo y deliberativo, el aprendizaje derivado de nuestros últimos errores colectivos. Hay que acertar con el ratio cambio/recambio. Es una falta de autoestima querer cambiar sin tener en cuenta lo bueno que tenemos y que hay que conservar.
Una crisis es una necesidad y una oportunidad. ¿Hay que cambiar los mensajes o al mensajero?, ya que muchas veces el mensajero es el mensaje. ¿Se apuesta por incluir a todos o excluir por pura envidia y rencor a algunos, sin importar el bien del partido? ¿No es hora de que algunos se autoexilien? ¿No son conscientes algunos que toda situación por mala que sea es susceptible de empeorar? ¿O es eso lo que buscan? Hay que saber gestionar el paso del ex al todavía, ya que algunos se resisten a dejar paso a nuevas personas y nuevos mensajes.
Los votantes del PP merecen ser respetados y ahorrarse este espectáculo denigrante. Y por favor respeten al nuevo presidente. ¡Vaya numerito si les tienen que poner una gestora de Madrit! Como si fueran críos sin vacunar.
Maduren y pasen del dilema excluyente a la dialéctica deliberativa.
Ah y recuerden que aun, aquí y ahora, están en derrota pero nunca en doma. Y por favor aunque no pueden controlar la cara que tienen fíjense en la cara que ponen. Eso favorecerá la tolerancia, que falta les hace.
Felicitaciones
A Patricia Gómez, la nueva consellera y al dr. Juli Fuster, director general del IB Salut. Son dos grandes profesionales de reconocida trayectoria y profundos conocedores de la realidad sanitaria pública de esta Comunidad. Espero que se rodeen de un buen equipo y se que valorarán y cuidarán a los grandes profesionales del Ib salut. Mucha suerte.








