A raíz de los comentarios reproducidos en las redes sociales tras el asesinato de Isabel Carrasco, España vive dividida entre los que tomarían medidas suplementarias de control y sanción de lo que se dice en las redes sociales (Twitter y Facebook), y los que entienden que la intención del Ministerio del Interior es en realidad un intento de amordazar a la libertad de expresión.
La imaginación de alguien nos retrotrae a un tiempo no muy lejano en el que los asesinos se presentaban ante las cámaras con un pasamontañas. ¿Hay comparación?.






