Me habrá aumentado la miopía pero sigo sin verle la punta polémica a este asunto del carnet "fidelitas" del PP balear de Bauzá.
Desde aquí, mi enhorabuena al área comercial del Partido Popular porque han dado con una fórmula para fidelizar a los suyos, que no son pocos. 22.000 militantes que pagan su cuota anual religiosamente y que van de disgusto en disgusto. Unos porque no tuvieron el cargo por el que suplicaron y conspiraron durante meses y otros porque la política de su partido quizás no es lo que ellos esperaban cuando se afiliaron.
No comprendo el grito al cielo lanzado por el comerciante de los comerciantes por excelencia, Tolo Servera. No veo ni posibles tratos de favor ni financiaciones irregulares ni castigos por ningún lado.
El PP es como un club privado (eso sí, con una ley específica que lo regula). Por esta razón, asumo tanto esta iniciativa como las que en este sentido hace décadas que desarrollan empresas privadas para sus trabajadores o colegios profesionales con sus inscritos.
Eso sí, a pesar de la miopía, veo dos cosas. La primera, que no sería raro ver en unos años a PSIB y PSM lanzando acciones en la misma línea. La segunda, que algún motivo tendrá la cúpula del PP para tener que dar este tipo de cariño a sus afiliados. ¿No tendrán miedo a posibles fugas de cara a las elecciones del año que viene?
Y ya que estamos: El PP podría facilitar la cifra real de afiliados al partido en 2011 y la actual. Quizás entenderíamos mejor la jugada.
Y puestos a pedir, el PP debería explicar, en aras de la transparencia que requiere un asunto como este, qué herramientas ha utilizado para obtener y confeccionar el listado de comercios a los que proponer su adhesión "fiel".