Esta semana se celebra el Festival de Eurovisión en Estocolmo. Durante muchos años fue considerado un festival casposo y trasnochado y gracias a los gays ha dejado atrás esa imagen rancia que tuvo el festival hasta los años 90 o eso queremos creer. Soy consciente de que he de ir con cuidado con lo que escribo midiendo bien mis palabras y es que los marieurofans son muy pero que muy hooligans de la canción ligera y es que a ellos les va la vida cada año cuando llegan estas fechas.
A un heterosexual le puedes preguntar la alineación de su equipo de fútbol cuando jugó contra el Madrid o el Barça en el año 97 y se la sabrán de memoria y a un gay eurofan le puedes preguntar que país quedó en quinto lugar en el festival de Eurovisión en el año 2001 y seguro que se sabrá hasta la canción y todos los detalles que transcurrieron ese año. ¡Son las cosas del forofismo!
Si España desde la victoria de Massiel y Salomé ha pasado sin pena ni gloria por los escenarios eurovisivos desde que se desmembró la Unión Soviética la cosa ha ido a peor y es que por mucho que digan los países no votan a la mejor canción si no que votan a sus amiguitos o a Rusia y en eso llevamos las de perder y es que hasta en los últimos años hemos perdido el apoyo incondicional de Andorra y Portugal.
Las mariforofas eurovisivas cada año se vienen arriba, pasan meses discutiendo en los foros, ahorran como locas para poder acudir a la ciudad donde se celebra el festival aunque no tengan entradas para verlo y tengan que verlo muertas de frío en una pantalla gigante en la calle. Cada año encumbran al / a la artista de turno para luego dejarla caer y olvidarse como de un juguete roto. Es un ritual que se cumple año tras año y que cada año va a más.
Este año España envía a una cantante llamada Barei con una canción en inglés titulada "Say Yai!" con signo de exclamación incluído y que según las casas de apuestas va a quedar en una posición simplemente honrosa. Desde 1990 el mejor puesto lo consiguió Anabel Conde con un gran segundo puesto en 1995 con el temazo "Vuelve Conmigo" que lo petó en Dublin. Para el sábado las quinielas apuestan por Rusia como caballo ganador que presenta a un chulazo y si finalmente gana y el año que viene el certamen se celebra en Rusia ¿Viajarán mis amigos gays al país de Putin? ¿Derogarán la ley Anti-Gay durante la semana eurovisiva?. La respuesta próximamente.



