El acto conmemorativo ha tenido lugar en la calle que lleva el nombre de uno de los agentes, Diego Salvá, y ha comenzado a las 08.30 horas con una ofrenda floral. A las 09.00 se ha celebrado el acto institucional, presidido por el alcalde de Calvià, Juan Antonio Amengual, quien ha destacado “el sacrificio de quienes dieron su vida por proteger la de los demás” y ha reivindicado “la memoria, la justicia y la dignidad” como pilares para mantener vivo el recuerdo de las víctimas del terrorismo.
Al homenaje han asistido las principales autoridades de Baleares: la presidenta del Govern, Marga Prohens; el presidente del Parlament, Gabriel Le Senne; el delegado del Gobierno, Alfonso Rodríguez; el presidente del Consell de Mallorca, Llorenç Galmés; y el coronel jefe de la Guardia Civil en las Islas, Alejandro Hernández Mosquera. También han estado presentes mandos de los distintos cuerpos de seguridad, representantes institucionales y familiares de los fallecidos, que han recibido el cariño de la sociedad balear en este emotivo acto.
El día que ETA golpeó Mallorca
El 30 de julio de 2009, pasadas las 13.50 horas, una bomba lapa explotó bajo un todoterreno Nissan Patrol de la Guardia Civil aparcado frente al cuartel de Palmanova. Dentro del vehículo se encontraban los agentes Diego Salvá, de 27 años, y Carlos Sáenz de Tejada, de 28. Murieron en el acto.
Fue el primer atentado mortal de ETA en Baleares, y el segundo en menos de 24 horas: el día anterior, la banda había hecho estallar una furgoneta bomba en la casa cuartel de Burgos, causando más de medio centenar de heridos.
La explosión en Palmanova desencadenó la activación de la llamada “operación Jaula”: cierre inmediato del aeropuerto de Palma, clausura de puertos y blindaje de accesos para intentar capturar a los autores, aunque ya se sospechaba que los terroristas habían abandonado la isla antes de la detonación.
Horas después, un equipo del Tedax con un perro detector localizó una segunda bomba lapa en otro coche oficial, sujeta con bridas y programada con temporizador, lo que reforzó la hipótesis de que los asesinos huyeron antes de las explosiones.
Las últimas víctimas mortales de ETA en España
Diego Salvá, natural de Pamplona pero residente en Palma, se reincorporaba aquel día a su puesto tras un grave accidente de tráfico que lo había tenido en la UCI. Carlos Sáenz de Tejada, burgalés, tenía tan solo 28 años. Ambos se convirtieron en las últimas víctimas mortales de ETA en España.
Hasta ese momento, la banda terrorista había intentado sin éxito atentar en Baleares —incluidos dos intentos contra el Rey—, pero nunca había conseguido causar muertes en el archipiélago. La bomba de Palmanova marcó un antes y un después en la historia del terrorismo en la isla.
Hoy, dieciséis años después, las instituciones y los ciudadanos de Calvià han reiterado su compromiso con la memoria de las víctimas del terrorismo y han reafirmado que el recuerdo de Salvá y Sáenz de Tejada permanecerá vivo como símbolo de dignidad, justicia y libertad.
Sin embargo, estamos ante un asesinato premeditado que ha quedado impune y del que no se conocen sus autores.
Un comentario
En el año 2009 el PSOE era quien gobernaba en Baleares, el mismo PSOE que ahora abraza a Bildu, que locura de qué ha servido tanto sufrimiento? que poca vergüenza.