La familia o tal vez los amigos de un joven vasco, muerto en Ibiza en un lamentable accidente en el mar, publicó ayer unas esquelas en las que invita a todos los amigos a una fiesta que iba a tener lugar anoche, para recordar a Mikel. La esquela está escrita como si el difunto fuera quien invita, y el lugar de la fiesta es una iglesia donde, suponemos, tuvo lugar un funeral. La esquela dice 'abstenerse los tristes', o algo similar. Probablemente sea un comportamiento cultural, aprehendido a lo largo de siglos, pero lo cierto es que este tipo de iniciativas se hace muy chocante, muy dura, difícil de entender. A los efectos, no hay diferencia entre estar tristes o alegres, pero a uno le da la impresión de que dejar de ver, de convivir, de escuchar, de reír con un amigo o familiar no es precisamente una alegría.





