Se llama Jeff Waters, vive en Florido y ha intentado cobrar en un banco un cheque por valor de 368 billones de dólares. Su historia es la de un sueño, la de tener un restaurante de comida italiana, submarino, y donde el chef pueda dar de comer a 30 millones de personas. Para conseguir que su sueño fuera realidad, Watters consiguió un cheque que le facilitó un vagabundo y donde escribió la cantidad que consideraba para que su proyecto se pudiera ejecutar.
Cuando Watters se dirigió al banco para cobrar el cheque, los trabajadores se dieron cuenta del estado etílico en el que se encontraba y no solo no cobró el cheque si no que fue detenido. Al ser arrestado, la policía halló sales de baño y muñecos ninja en sus bolsillos.







