Entrevista

José María Fayos: la atmósfera lumínica de un impresionista

José María Fayos.
José María Fayos.

Para completar esta entrevista quedamos donde tiene su morada y su estudio, en el Secar de la Real. Traspasada la barrera de entrada te encuentras una zona arbolada y ajardinada, un inmenso trastero, un espacio para el aparcamiento y varias terrazas.

José María Fayos estaba “solo en casa”. Me alegré de verle, habíamos intentado quedar en diferentes ocasiones y por un motivo u otro, la cita en la agenda se fue alargando.

Bienvenido, ya sabes, en esta casa te apreciamos – me dijo. – El aprecio es mutuo – contesté. – ¿Qué vais a tomar? Tengo zumo de naranja natural, cerveza, agua.  – María, aceptó el zumo, yo preferí una cervecita.

Sobre unos caballetes había colocado algunos de sus últimos encargos de retratos. Desprendían fuerza expresiva en su composición, luz, y semejanza en sus rostros. 

Es hijo de José, natural de Valencia administrativo de profesión, y de Isabel de profesión costurera, nacida en Enguera. Tuvieron otros dos hijos, Javier y Eva. Está casado con Natalia Dorado, bailarina clásica y del matrimonio brotaron Julieta y Javier. José María Fayos Barrón pintor y profesor de dibujo, nace en Valencia un 30 de marzo de 1966.

Ese mismo año, caían cuatro bombas atómicas en el mar  en las cercanías de Palomares y Almería al chocar dos aviones estadounidenses. Se publicaba “Los sonidos del silencio” de Simon y Garfunkel, era elegida Indira Gandhi primera ministra de India, un terremoto de 6,8 en la ciudad china de Xingtai dejaba 8.000 fallecidos y 38.000 heridos.

En Nueva York se ponía la primera piedra para construir el World Trade Center, en San Francisco The Beatles tocaban su último concierto, la policía de Scotland Yard arrestaba a Ronald Edwards sospechoso del Gran Robo del Tren, en Houston se instalaba un corazón artificial por primera vez en el mundo, en Cleveland se elegía por primera vez en la historia a un alcalde negro en una ciudad americana.

Fallecían Alberto Giacometti y Walt Disney, se publicaban “A sangre fría” de Truman Capote, “5 horas con Mario” de Delibes, “La calle de las Camelias” de Mercè Redoreda, Los Bravos editaban su LP “Black is black”, en Televisión Española triunfaba la serie infantil “Los Chiripitifláuticos”. En Cuenca se inauguraba el Museo de Arte Abstracto Español, en Burgos el Museo Marceliano Santa María. Otros del 30 de marzo, en 1937 Warren Beatty, 1945 Eric Clapton, 1968 Celine Dion.

¿Qué guarda en su memoria de ese primer encuentro con la pintura?

Desde niño practiqué el dibujo y me presenté a numerosos concursos y mí colección de cromos favorita era “la historia de la pintura”.

¿Qué escenarios dibujaría del entorno de su infancia?

Innumerables recuerdos, y muy felices, de un chico de barrio humilde en el Grao de Valencia, cerca del puerto y de la Playa de la Mavarrosa, del Cabañal, y unos veranos interminables en la Playa de Cullera con mis amigos y primos. Saltábamos al tren ¡Qué locura! ¡Cuánta adrenalina!  Algunos veranos, iba a casa de mis tíos de Palma. Con mi primo Willie (Guillem) surgió una amistad que aún perdura.

¿Cuál fue su juguete favorito?

Muchísimos, todos compartidos: la pelota, las bicicletas, los madelman, los geyperman, casi siempre con mi hermano. Incluso el dibujo de cómic que era mi pasión la compartí con mis primos y amigos.

¿Qué tal se le daban los estudios?

Está feo que lo diga, pero era brillante. Llamaba la atención por mis “notazas”. Estudié  bachillerato en el instituto “Distrito Marítimo” de Valencia. Después ingresé en las Escuelas de Artesanos en 1.983. Fui becario del centro, y el primero en obtener en 1.988 la “Pensión Joaquín Sorolla” que me permitía ir a pintar en museos de Madrid.

¿En qué se fue su adolescencia?

Siempre enamorado, lleno de sueños y aspiraciones. Dedicaba muchas horas a la lectura. Practiqué baloncesto y fútbol jugando como portero, hasta edad de categoría juvenil.

Con 18 años me inscribí en el taller de Luis Massoni para perfeccionar la pintura, por las mañanas íbamos a su taller los alumnos que él escogió, preparábamos lienzos, pintábamos al óleo, trabajábamos la escayola. Por las tardes hasta 1996 en las Escuelas de Artesanos. Durante doce también fui profesor y coordinador de las enseñanzas de este centro.

¿Cuál fue su primer oficio? 

Auxiliar de profesor de dibujo.

¿Cuándo decide dedicarse a la pintura? 

Cuando terminé el instituto, decidí estudiar una carrera que me permitiera poner la pintura en primer lugar.

¿Cómo vivió el día de mostrar sus obras por primera vez? 

Con mucha ilusión. Tenía que comprobar que podía ganarme la vida con ello. Fue en 1985 con una exposición colectiva, en 1.987 hice una individual de dibujos “Gimnastas y bailarinas” y en 1.988 una de pinturas en Los Jardines de Monforte.

En 1.992 se licencia en la Facultad de Filosofía de Valencia.

Estamos en un punto y aparte de la charla, cuando José María me comenta que le agradaría que tomase unos apuntes sobre sus padres:

Mi padre fue un gran deportista y también un gran vividor, fumaba tanto que muy pronto vio truncada su carrera como futbolista, pero era una persona irresistible, divertidísima, con mucho carisma, murió de un infarto a los 44 años. Mi madre es una persona  luchadora, muy inteligente que poseía potencial para los estudios pero tuvo que dejarlos porque su padre se quedó ciego. Entre los hermanos decidieron que ella le acompañase a vender cupones. Con solo siete añitos se hizo lazarillo. Decían que pudo haber estudiado la carrera que hubiese querido, pero los tiempos eran difíciles y la familia tan pobre que tuvo que cambiar el rumbo de su vida y experimentar una triste infancia.

A continuación le propongo un breve cuestionario en el que usted nos descubre algunas de sus aficiones.

Un libro de cabecera…

“En busca del tiempo perdido” de Marcel Proust.

Una película

“La edad de la inocencia” de Scorsese.

Algo de música que le acompaña habitualmente.

La música clásica toda, desde el gregoriano hasta Arvo Pärt. Me emociona la música pop también. En la juventud Bowie era mi favorito, en la actualidad me gusta Billie Eilish.

¿Le agrada viajar?

Siempre que puedo viajo para conocer nuevos museos. Son mi alimento, mi adrenalina.

Un viaje inolvidable 

Paris, en el año 2024 con mi mujer y mis hijos.

¿Qué receta gastronómica nos aconsejaría?

La paella en sus múltiples versiones y la comida hindú, me apasiona.

¿Existe algún deseo que no haya podido cumplir?

De nuevo feo que lo diga, pero como se combina que soy un “disfrutón” y un “suertudo” me he organizado para cumplir con todo lo que soñé en mi adolescencia, incluso superé mis expectativas. Quizás lo único que no he cumplido es que pensaba que escribiría. No puedo llamarlo deseo incumplido, es más la sensación de que ocurriría. Aún estamos a tiempo.

¿Alguna vez se ha emocionado delante de una pieza de arte? 

Innumerables veces, yo diría que siempre, todos los días. Vivo de eso, es mi motor. Es por lo que soy pintor. Van Gogh me hace llorar, Zurbarán me da vértigo, Velázquez me rompe por dentro. Son mi montaña rusa.

¿Qué lugar del mundo aconsejaría como ideal para vivir? 

Donde vivo. Mallorca lo tiene todo. La ventaja de ciudad y de pueblo, del mar y la montaña. Su belleza y su cultura atraen a gente de todo el mundo y eso la hace internacional, pero a la vez es muy tranquila.

¿Qué tipo de arte le seduce?

¡Los buenos! Donde hay verdad y genio. Y eso se encuentra en todas las épocas desde Altamira a Picasso. En pintura es evidente que me atrae mucho más el arte figurativo.

¿Cuáles son los artistas que formarían parte de su equipo?

Velázquez y Picasso por encima de todos y después Tiziano, Van Gogh, Leonardo, Miguel Ángel, Rembrandt, Vermeer.

¿Qué requisitos se deben evidenciar para ser artista? 

Emoción, paciencia, vocación, tesón, suerte, disciplina.

¿Cómo definiría el tiempo en que está pintando? 

Cuando el cuadro no sale lo pasas muy mal, me pongo de mal humor. Pero cuando todo va al sitio es un estado casi de nirvana. (Felicidad, serenidad, conciencia…)

¿Qué etapa de la historia del arte es la que más le persuade? 

El Renacimiento por la coincidencia en el tiempo de grandes acontecimientos y grandes genios.

¿Con quién le gustaría tener una charla sin tener que mirar el reloj?

Escogería a tres personajes, Marcel Proust, por su literatura, su filosofía, su teoría del arte, le entiendo, es como si hablase de mi vida. Otro sería Federico García Lorca de quien destacan su carácter arrollador, incluso alguien se atrevió a decir que era mejor como persona que como escritor. Una conversación, una tarde con él, que se pusiera a cantar o a tocar el piano y a contar cosas. Y para finalizar selecciono a Velázquez que aunque los documentos le describen como una persona seria y misteriosa, me conformaría con que me confesase el significado de “Las Meninas” ya con eso todos los interesados en la historia del arte quedarían contentos.

Me pongo a fantasear después de haber estado unas horas con José María, y en ese delirio, contemplo una escena en el estudio de Picasso en la Rue des Grands-Augustins de París, está de cháchara con Diego Velázquez, dando los últimos toques a su Guernica.

¡Oye Pablo! creo que el toro, el caballo, el guerrero muerto y la figura del quinqué, son los mismos elementos que hubiera usado yo, caso de pintar tu obra en mi época. - ¡Oye Diego! en mi tiempo no sé si hubiera pintado unas meninas – Me resistía al autoritarismo, a la matanza indiscriminada, tú eras un aburguesado. – Te equivocas Pablo,  en “Las Meninas” también reivindico mi soledad,  dignifico mi oficio de pintor, me rebelo por mis derechos. Es más, pasarán los días y eso no cambiará. El Guernica será una obra que todo el mundo podrá entender con facilidad, así lo quisiste tú, Las Meninas seguirán siempre siendo un misterio, así lo quise yo.

¿Cómo responde ante una crítica sobre sus obras? 

Es duro si es una crítica negativa,  pero mucho peor sería la indiferencia, eso duele más.

¿Qué repudia del ser humano?

La maldad. No la soporto. Me espanta, me repugna.

¿Cómo surge su relación con la Casa Real?

 Estando ya en Mallorca fui a Zaragoza para unos trabajos que debían durar unos meses, pero fueron cuatro años de 2004 a 2008. Allí inicié una  colaboración con la anticuaria y decoradora Mª Pilar Guillén y dejé de pintar paisajes para dedicarme exclusivamente al retrato. Un conocido me ofreció la posibilidad de pintar para la Casa Real y pronto recibí un encargo para realizar un retrato de SAR el Príncipe de Asturias, como Caballero de Santiago (Comendador Mayor de Castilla). Esta obra está en Madrid. Poco después un retrato de SM El rey D. Juan Carlos I para la serie dedicada a la Real Maestranza de Caballería. Posteriormente han sido habituales mis trabajos para la Familia Real.

¿Qué le hace instalar su residencia en Mallorca?

¡El amor, sin duda!

Antes de Zaragoza, en 2003 recibí una llamada de mi primo y amigo Willie (Guillem), que en el 2000 había formado una compañía de danza contemporánea, denominándola “Asociación Cultural Diverso Alaria”. Me ofrecía ocuparme de la dirección artística, vestuario, escenografía, iluminación. La primera actuación sería en el Castillo de Son Más de Andratx. Le apetecía presentarme al equipo de bailarinas y bailarines, añadiendo que estaba seguro de que iba a enamorarme de una de las bailarinas. Y así fue, al ver a Natalia me quedé prendado. Al día siguiente dibujé un boceto de cada uno, de ella más de veinte. Mi primo se moría de la risa. Actuamos por casi todos los teatros de la isla, con alguna incursión en la península, y eso duró unos diez años. Es una parte de mi vida poco conocida que no sale en los catálogos de arte.

En esos años iba y venía de Zaragoza, alternando los trabajos y Natalia me acompañaba de vez en cuando. Finalmente nos quedamos en Mallorca. Ella da clases de danza en el conservatorio y yo sigo pintando.

¿Qué temas de actualidad cautivan su interés? 

La geopolítica, la IA, el cambio climático, el mercado del arte…

Descúbrame uno de los días más emocionantes de su vida 

Estas pasadas navidades. Fuimos a Valencia que hacía muchos años que no iba en esas fechas, quedamos con primos y tíos que habían sufrido la Dana. Todo estuvo lleno de amor. Luego pasamos la Nochevieja en Madrid y por fin pude enseñar el Museo del Prado a mis hijos.

Uno de sus momentos más difíciles

El día en el que falleció mi padre.

¿Qué acontecimiento internacional le quedó grabado en la piel?

El 11 s. Lo vi en directo en televisión. Jesús Hermida pronosticó que aquello iba a significar la guerra. Me asusté. Luego me informé mejor y supe que era una más de las locuras del ser humano para ganar dinero y no perder el poder.

Hace años que conocí a José María Fayos y cuando le recuerdo, lo primero que me viene a la cabeza es su melena lisa color ceniza, su sonrisa cautivadora, la superficie que abarca con su léxico, sus conocimientos de la historia del arte, la pericia con la que construye sus obras y le definen como artista. Un erudito del impresionismo, un profesor doctorado en las leyes de la ciencia plástica, un instruido en la composición de la materia y en sus efectos definitivos. 

¿Qué proyectos rondan por su cabeza? 

El proyecto de siempre.

Pintar un poco mejor cada día y que mi familia sea feliz.

Había llegado al final de esta conversación con un hombre que se deleita con los clásicos, que ha conseguido cumplir sus sueños, que le apasiona visitar museos y seguir emocionándose…

Pasaros un día a tomar un café – No lo dudes, vendremos. – Contesté.

Texto: Xisco Barceló

Fotografías: María Valiente y José María Fayos

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