Desde el reformatorio, un chico de catorce años relata su vida. Se confiesa cleptómano y alcohólico –es 1980 y ha descubierto a Forges y a Woody Allen– y no deja de hablar con su gran amigo Tobi, al que lo liga un trágico suceso. Este es el planteamiento de "Una heroína intergaláctica", la última novela de Román Piña Valls.
La nostalgia de la infancia que se pierde y la rebeldía contra un mundo incomprensible sostienen esta historia de un niño perdidamente enamorado, que someterá su débil corazón al culto de Daniela, la chica soñada. Su mirada disecciona memoria, creencias, familia y colegio, y retrata con rabia y poesía un momento especial, cuando Olivia Newton John y John Lennon sacudieron el cosmos con su esplendor y muerte. Más allá del abismo, la historia de Jorge Fuster retrata el cataclismo que supone abandonar la infancia.
Editada por Sloper, "Una heroína intergaláctica" es la última obra de Román Piña (Palma, 1966) que se suma a las ya publicadas por este profesor de lenguas clásicas en bachillerato. A lo largo de su trayectoria, Piña Valls ha combinado la docencia con las colaboraciones en prensa, la labor editorial y la escritura de ficción y poesía. Obtuvo el V Premio Desnivel con Viaje por las ramas y el Camilo José Cela Ciudad de Palma de novela con Gólgota. Publicó en 2009 "Stradivarius rex" y, en 2013, "El general y la musa". Junto a Miguel Dalmau, firmó "La mala puta. Réquiem por la literatura española". En 2015 publicó la novela "Sacrificio". Sus últimos libros son "Y Dios irrumpió de buen rollo" y "El arqueólogo", publicado también en Italia.