Mientras en Baleares el PSOE ha sentado en un banquillo al candidato a director de IB3 y lo está sometiendo a un análisis, como hacen los compradores de ganado en una feria rural, que si los dientes, que si la genética, que si los cuartos traseros, en Europa la situación financiera sigue en el más absoluto caos o, incluso, va a peor. Ayer se reunieron en Lindau, junto al lago Constanza, los principales expertos financieros del continente, demostrando únicamente que hay un abismo entre las diferentes posturas. Lo más grave es que las voces que se oyen desde Alemania y Finlandia son tremendamente radicales: exigen que el Sur ponga orden en sus cuentas, lo cual es deseable pero imposible en un contexto como el actual. Se oponen no sólo a que haya deuda unificada europea, sino que el presidente alemán arremetió contra el Banco Central Europeo por comprar bonos españoles e italianos, porque, dice, va contra los estatutos del banco. Los analistas critican al Sur, por supuesto, por su falta de rigor en la gestión que, en el caso de Grecia, llega a extremos insultantes. Pero también a Alemania (y algunos otros, Francia entre ellos) porque han venido prestando de forma demasiado alegre el dinero para que estos países mantuvieran su ritmo de vida. Ahora, las opciones para los países ricos sólo son dos y esto es lo grave: o ayudan de su bolsillo al Sur para que devuelvan sus deudas o ponen el dinero para mantener la solvencia de sus bancos que son los acreedores del Sur. Malo o peor. Pero, a la vez, para alarmarnos más, ayer se supo que el mercado europeo de deuda interbancaria vuelve a estar totalmente bloqueado. En España esto no lo notamos porque ya hace tiempo que la banca no presta dinero, ahogando cualquier atisbo de recuperación económica. La actual crisis bancaria, según los expertos, es similar a la que tuvo lugar cuando cayó Lehman Brothers, en septiembre y octubre de 2008. “Creo que estamos yendo a una crisis en los mercados bancarios para septiembre u octubre; yo nunca había visto algo así”, publican los medios especializados europeos, citando a agentes de los mercados. Esta crisis bancaria tiene que ver con lo anterior: si no se aborda el problema de solvencia de los países del Sur, cosa que parece estar fuera de la agenda, entonces deberemos ver cómo caen los bancos acreedores y los acreedores de esos bancos. Como eso no se puede determinar fácilmente, nadie presta dinero a otros bancos, salvo a tipos muy altos. Es decir: crisis o crisis.
