Más presupuesto para defensa

La constante mengua en los Presupuestos Generales del Estado de los fondos destinados a la Defensa ha llevado a que muchos expertos se pregunten si no están ya nuestros Ejércitos, especialmente el de Tierra, por debajo del límite de operatividad que es necesario mantener ante los riesgos y amenazas presentes y futuros que afectan o pueden afectar a España. Aunque se intenten silenciar, se incrementan las llamadas a la conciencia de los políticos para que se atienda con urgencia las necesidades de las Fuerzas Armadas (FAS), que garanticen nuestro nivel de seguridad y los compromisos con la OTAN. El excelente y sacrificado trabajo de nuestros oficiales, suboficiales y soldados oculta las deficiencias en los medios con los que cuenta nuestra Defensa.

Estamos en plena campaña para las elecciones del próximo 26 de junio y podemos constatar, una vez más, el escaso interés que se presta a las FAS en los programas de los partidos políticos mayoritarios que a ellas concurren. Parece que de nuevo la Defensa será el pariente pobre de los referidos programas. PP, PSOE, PODEMOS y Ciudadanos no han hecho alusión alguna a la situación de nuestros Ejércitos ni articulan propuestas de mejora. Una demostración más de la lejanía de nuestra partitocracia con la sociedad.

Aquella ignora, cuando no desprecia, a nuestros Ejércitos, y ésta, mayoritariamente, admira y reconoce su imprescindible trabajo. Nuestros militares han hecho en los últimos años un esfuerzo extraordinario en materia de reorganización y un auténtico encaje de bolillos económico para tratar de adaptarse a unos presupuestos que les sitúan al borde de la falta de operatividad. Ha sido el ministro de Defensa el que ha reconocido que, en pocos años, el presupuesto se ha reducido en un 30%. Ante este porcentaje mejor no anunciar una subida en Defensa del 0,35%, sino es para hacer el ridículo. Ya no es posible rebajar más el presupuesto, ni apretar más el cinturón de los que arriesgan sus vidas para que podamos seguir viviendo las nuestras de manera confortable. Nuestras obligaciones de seguridad como nación aliada en diversos foros nos obligan a que las FAS mantengan un grado de operatividad similar a los de nuestros aliados.

La seguridad de España no se circunscribe a la defensa del territorio nacional. Los riesgos para nuestra seguridad también se encuentran en otras regiones del mundo. Y esto requiere unidades con total operatividad y materiales que garanticen un nivel de modernidad y de estado de mantenimiento que mantengan la excelencia en la seguridad y la vida de nuestros militares. Razones económicas y prejuicios ideológicos retrógrados son los ingredientes de un coctel irresponsable que está situando a algunas unidades militares en riesgo de entrar en un ciclo de inoperancia circunstancial, según expresión del General Cano Hevia. Este hecho puede que a algunos españoles no les importe pero no le puede pasar desapercibido al político responsable de la seguridad nacional.

Es indispensable que los partidos políticos que dicen pensar en clave nacional crean en las necesidades de la Defensa, y apuesten por la calidad de nuestras FAS para que puedan responder adecuadamente a las obligaciones constitucionales, las necesidades interiores y al papel que hoy representa España en el mundo. Es indispensable un aumento en el presupuesto de Defensa. Nos va la vida en ello. Así de claro y así de crudo. Lo demás es ocultar la realidad y apostar por ese mensaje, mal llamado y mal entendido, “políticamente correcto”.

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