Vuelve una de las técnicas de robo más comunes en zonas turísticas: el método del clavel. Los hechos ocurrieron a finales de marzo y principios de abril, cuando dos mujeres abordaron a turistas que paseaban tranquilamente por los alrededores de la Catedral de Palma y les ofrecieron ramas de romero supuestamente a cambio de unas monedas.
Mientras les explicaban que se trataba de una tradición española, aprovechaban el momento en que las víctimas sacaban sus carteras para sustraerles billetes sin que se percataran. En ambos casos, las víctimas denunciaron la pérdida de más de 500 euros cada una.
ARRESTADAS CON EL ROMERO EN LA MANO
El grupo de investigación de la Comisaría de Distrito Centro abrió una investigación para identificar y localizar a las autoras. Ambas resultaron ser conocidas por los agentes, ya que cuentan con un historial delictivo amplio y fueron detenidas en enero por hechos similares, en aquella ocasión tras sustraer cerca de 1.000 euros a otra víctima mediante la misma técnica. En ese caso, la víctima vio la desaparición del dinero al instante, logrando recuperar parte del mismo.
Finalmente, el pasado martes localizaron y detuvieron a las sospechosas en la vía pública, con ramos de romero en la mano, listos para repetir la misma maniobra. Ambas mujeres acumulan cerca de 20 antecedentes policiales relacionados con hurtos y robos en la vía pública.
ORDEN DE ALEJAMIENTO DE LA CATEDRAL
Una de las detenidas ya tenía una orden de alejamiento en vigor dictada por un juzgado, que le prohibía acercarse a menos de 500 metros de la Catedral de Palma, precisamente por su actividad delictiva habitual en esa zona.
Tras pasar a disposición judicial, el juez ha decretado una nueva orden de alejamiento para ambas mujeres respecto a la zona de la Catedral, uno de los puntos más concurridos de la ciudad por visitantes nacionales e internacionales.
EL MÉTODO DEL CLAVEL: UNA TÉCNICA ANTIGUA QUE VUELVE
El llamado “método del clavel” es una técnica de hurto antigua y bien conocida en Palma, tradicionalmente llevada a cabo por mujeres conocidas como "claveleras". En sus inicios, ofrecían claveles a los turistas, lo que dio nombre a la modalidad. Con el tiempo, cambiaron las flores por ramas u hojas de cualquier planta, como el romero, aunque la mecánica seguía siendo la misma: acercarse, pedir una moneda por el supuesto “obsequio” y aprovechar el momento en que la víctima saca la cartera para extraer billetes con habilidad y rapidez.
En algunas ocasiones, cuando las víctimas se percataban e intentaban frenar el hurto, llegaban a producirse forcejeos, lo que convertía el delito en robo con violencia.