La situación de Unió Mallorquina es agónica. El Consell Nacional tiene que abordar este lunes la posibilidad de cambiar las siglas del partido ante el golpe vivido el pasado viernes con el registro de la sede de UM. Mucho me temo que la situación no tiene arreglo ni con un cambio de nombre. Si hay modificación de siglas, el electorado más fiel, si es que todavía tienen, puede despistarse en las elecciones. Consolidarse en el panorama electoral no es fácil y las siglas de UM ahora mismo son conocidas, aunque sobre todo por la corrupción. Por lo tanto, malo si se modifica el nombre y peor si todo sigue igual. A día de hoy, UM no conseguiría representación en el Parlament y tampoco en el Consell de Mallorca, pero en política ya se sabe que un mes es todo un mundo y las cosas pueden cambiar. Imagínense que en las próximas semanas se registra la sede del PP, lo que provocaría un vuelco a la actual situación política. Pero bueno, a día de hoy UM puede empezar a buscar un plan de urgencia para evitar un descalabro electoral sin precedentes en Balears. Me imagino que en UM deben confiar en sus candidatos municipales para evitar el golpe y arrastrar votos a las listas del Parlament y el Consell de Mallorca. Con lo que está ocurriendo, que nadie descarte que muchos ciudadanos voten a sus candidatos municipales de UM pero opten por otra siglas para las listas a la Cámara autonómica y el Consell de Mallorca. Lograr un 5 por ciento de votos, hoy por hoy, es prácticamente una utopía para UM.





