Vi jugar a Cruyff con el Ajax por primera vez en la final de la copa de Europa de 1969 contra el Milan. El Ajax que Rinus Michels estaba construyendo era un equipo muy joven, debutante sin experiencia en un partido de máxima trascendencia. Cruyff tenía veintidós años. El Milan ganó la final y el título, pero el mejor jugador fue Johan. Sus galopadas hacia la portería milanesa pusieron en serias dificultades a la defensa italiana, maestra del catenaccio y asistimos a la presentación en sociedad de un equipo que haría historia y un jugador que se convertiría en leyenda.
Dos años después ganaron la Copa de Europa y encadenaron tres triunfos consecutivos, que solo se vieron interrumpidos por la marcha de Cruyff, y después Neeskens, al Barça y otras de sus estrellas, como Rep, Haan y Mühren, a otros clubes. El dinero deshizo uno de los equipos más brillantes y creativos de la historia del fútbol, aquella alineación inolvidable: Stuy, Suurbier, Hulshoff, Blanckenburg, Krol, Haan, Neeskens, G. Mühren, Rep, Cruyff y Keizer.
Tras la primera Copa de Europa Rinus Michels firmó por el Barça y empezó a sentar en el equipo azulgrana las bases del estilo futbolístico que había inventado, que se concretaron con la llegada dos años después de Cruyff y luego, un año después, de Neeskens. La repercusión mediática y social del fichaje fue inmensa. Una revista o diario, ahora no recuerdo cual, sacó una portada con el presidente Montal representado en lo alto del monumento a Colón, en la misma postura que el almirante descubridor, señalando con el brazo y el dedo extendidos y diciendo: “por ahí llegará mi Chojan”, y la columna del monumento casi completamente tapada por un magma blanco y espumoso y una leyenda que decía: “nivel alcanzado por la baba de los barcelonistas tras enterarse del fichaje de Cruyff”.
La etapa de jugador de Cruyff en el Barça no fue, sin embargo, demasiado exitosa. Veinte años después, como entrenador, sí que consiguió finalmente la concreción de un equipo ganador siguiendo la filosofía futbolística concebida por Rinus Michels y plasmada en aquel Ajax y en la selección holandesa, la Naranja Mecánica, de los 70 y los 80.
Desde entonces el Barça ha iniciado un ciclo ganador que, tras Cruyff, ha seguido con Van Gaal, gran entrenador infravalorado por su carácter áspero y antipático, con Rijkaard, sublimado por Guardiola y evolucionado por Luis Enrique. Lo que caracteriza, actualmente al equipo y al club azulgrana es el abandono del victimismo de los 60, 70 y 80, la fidelidad a un estilo de juego, sin caer en el inmovilismo y el carácter ganador que genera confianza y credibilidad. Y, por supuesto, igual que el Ajax tuvo a Cruyff, el Barça tiene a Messi.
Hace pocos meses, un entrenador, creo que de un equipo sudamericano, aunque no estoy seguro, respondiendo a las críticas que se le hacían porque su equipo ganaba con un juego más bien pobre, dijo algo así como: ”el único que gana con estilo es el Barça, los demás hacemos lo que podemos”.
En las semifinales de la Copa de Europa de la temporada 1972-73 entre el Ajax y el Real Madrid, el Ajax ganó en la ida en Amsterdam por 2-1. El día antes del partido de vuelta en Madrid, en una entrevista el periodista preguntaba a Hulshoff si no estaba preocupado por la posibilidad de quedar eliminados, teniendo en cuenta el exiguo resultado de la ida y la potencia y la historia del Real Madrid. El gigante y barbudo central holandés contestó sin inmutarse: ¿porqué vamos a estar precupados?, nosotros somos el Ajax, los que se han de preocupar son los demás”. Ganaron en el Bernabeu 0-1 y llegaron a la final con la Juventus, ganando su tercera Copa de Europa consecutiva por 1-0.
Ese es el espíritu, la gran herencia, de Johan Cruyff en el Barça. Ahora el Barça juega y gana con un estilo único y reconocible y los jugadores azulgranas dicen: “nosotros somos el Barça, los que se han de preocupar son los demás”.
Descanse en paz Johan Cruyff. Ahora ya es leyenda inmortal.