Las asociaciones de enfermos renales y trasplantados ALCER y la de personas con diabetes ADIBA afirman que sus socios, por encima de los 1.700, están "muy preocupados y alarmados ante la imposición de la acreditación lingüística como requisito en la sanidad".
En un comunicado, ambas entidades aluden a su arraigo en las islas y mantienen que jamás han recibido ninguna queja de sus socios por el tema de lengua y la atención sanitaria en Baleares.
"Nunca ha habido ningún problema en la comunicación en el trato cálido y humano entre los pacientes y sus profesionales", en una relación que debido a estas enfermedades tiene un "profundo carácter emocional y de apoyo psicológico", aseguran.
"Muchos de los profesionales que nos atienden -afirman- no son catalano parlantes y, hasta ahora, esto no ha sido ningún obstáculo ya que su trato es respetuoso, empático y muy digno".
Ambas asociaciones señalan que son conscientes de que es "muy difícil" que las plantillas sanitarias estén completas y de la carencia de profesionales en las islas.
Por esto mismo, "rechazamos que se imponga un requisito que haga todavía más difícil y complicado configurar los servicios como se precisa".
"Sabemos que las consecuencias van a recaer sobre nosotros y sobre nuestra salud, que las listas de espera se van a alargar y no queremos ver a nuestros profesionales estresados y quemados por la sobrecarga asistencial", sostienen ambas asociaciones.
Aunque ALCER Y ADIB son partidarias de potenciar e integrar el catalán de forma progresiva en el ámbito sanitario, rechazan "categóricamente que se haga en forma de un requisito que puede tener gran impacto en la atención que recibimos".
"Como ciudadanos y usuarios defendemos que el derecho a la salud y a la accesibilidad adecuada a nuestra sanidad pública prevalezcan sobre todo lo demás", concluye el comunicado.