La última vez que las instituciones europeas hicieron un test de estrés a la banca, dijeron que sólo un puñado de entidades estaba en riesgo, y eso únicamente en el supuesto remoto de que las cosas empeoraran. Semanas después, los principales bancos irlandeses, que habían pasado cómodamente el severo test europeo, caían como naipes, llevándose por delante al Tesoro del país, y creando el mayor agujero de la historia de ese país. Menos mal que días antes estaban sanos. Ahora, la nueva prueba parece que sobrevivió menos tiempo: sólo tres horas y 25 minutos después de que este viernes el Banco Central Europeo publicara sus resultados, Credit Suisse hacía público un análisis propio que en lugar de los 2.500 millones de euros de capitalización adicional necesitados por ocho instituciones financieras, serían necesarios 45 mil millones, para 14 entidades que, según los suizos, deberían haber caído. Hoy, lunes, los mercados dirán hasta dónde creen a los políticos. No en vano son estos los que dijeron que Grecia no necesitaría de un rescate, ni de dos; que estaban buscando una solución de fondo y llevan ocho meses en ello, sin que se aclaren.
