El conflicto estalló con fuerza el pasado 7 de julio. Diez agentes de la Unidad de Intervención Policial (UIP), desplazados desde Valencia para reforzar la seguridad en Palma, supuestamente habían sido expulsados de su hotel por falta de pago. Así lo denunció JUPOL, el sindicato mayoritario de la Policía Nacional, en una nota cargada de indignación. “Hoy son literalmente expulsados del hotel sin alternativa ni instrucciones claras por parte de sus superiores”.
Pero apenas 24 horas después, el relato empezó a desmoronarse. El propio hotel señalado, el Amic Horizonte de Palma, emitió un comunicado tajante en el que desmentía “de forma absoluta” cualquier desalojo. “Ningún agente ha sido desalojado ni forzado a abandonar nuestras instalaciones”, manifestaba la dirección, que también acusó a JUPOL de utilizar imágenes “escenificadas” para presionar al Ministerio del Interior por la precaria situación de las dietas policiales.
La grabación que acompañaba la denuncia mostraba a varios agentes saliendo por la puerta del hotel con sus maletas. Una imagen potente, pero que, según el hotel y el Sindicato Unificado de Policía (SUP), no reflejaba la realidad. “Muchos de los policías volvieron a entrar al establecimiento minutos después y se alojaron como siempre”, afirma el SUP, que ha salido al paso para desmarcarse de lo que califica como una “campaña mal gestionada y con falta de ética”.
CRÓNICA DE UN FUEGO CRUZADO
El SUP no oculta su incomodidad con la estrategia de JUPOL. En un comunicado emitido esta mañana, el sindicato lamenta que se haya lanzado “una acusación tan grave” contra un establecimiento que, según afirman, lleva años ofreciendo alojamiento a precios reducidos e incluso gratuitos a agentes destinados en Palma, especialmente durante la pandemia. “Durante la COVID-19 este hotel puso a disposición de los policías contaminados sus instalaciones totalmente gratis. ¿Y ahora nos echan? Permítannos dudarlo”, ironiza el texto.
La dirección del Amic Horizonte, por su parte, sostiene que fue informada directamente por el propio sindicato JUPOL de que la escena del vídeo respondía a una estrategia reivindicativa, y lamenta que se haya utilizado su imagen “sin consentimiento y de forma manipulada”. Según la versión del hotel, los agentes implicados no retiraron sus pertenencias, y muchos siguieron alojados allí los días siguientes.
El SUP añade más leña al fuego al apuntar que “casualmente” había una persona grabando justo en el momento en que los policías salían del hotel. “Que cada uno saque sus conclusiones”, escriben.
EL FONDO DEL CONFLICTO: UNAS DIETAS QUE NO LLEGAN
El caso ha puesto el foco en una problemática real y ya denunciada en numerosas ocasiones, las dietas policiales en destinos de alta demanda turística como Baleares no cubren ni de lejos los costes reales de alojamiento. Según el primer comunicado de JUPOL, los diez agentes afectados habían recibido un anticipo insuficiente por parte de la Dirección General de la Policía (DGP), lo que les obligó a buscar soluciones improvisadas ante la falta de fondos. La organización sindical denunció “el abandono institucional” y un sistema de cajas pagadoras “colapsado”.
En este punto, todos los sindicatos coinciden en que el problema estructural de las dietas es insostenible. Pero mientras JUPOL apuntó sus cañones hacia el hotel, el SUP recuerda que el foco debe estar en los verdaderos responsables políticos. “La próxima vez carguen contra el ministro, la Secretaría de Estado de Seguridad, el Director General de la Policía o el delegado del Gobierno. Ellos son los responsables de esta vergüenza, no un empresario que intenta ayudar”, zanja el sindicato.
DAÑOS COLATERALES
La tormenta ha dejado heridos. El hotel Amic Horizonte ha sido víctima de lo que califica como una “campaña de desprestigio fuera de lo normal”, con la difusión de una historia falsa que afectó a su reputación. Desde la dirección aseguran que su personal actuó con “profesionalidad, empatía y respeto” durante todo el proceso, y agradecen el apoyo del SUP, que incluso ha pedido públicamente disculpas en nombre del colectivo.
JUPOL, de momento, ha guardado silencio tras la rectificación implícita en su último comunicado, en el que ya no se menciona expulsión alguna. Lo que comenzó como una denuncia sobre una situación laboral indignante ha acabado en un cruce de comunicados, desmentidos y acusaciones entre sindicatos.
Mientras tanto, los agentes de la UIP siguen en Palma cumpliendo su servicio. Algunos de ellos, todavía alojados en el mismo hotel que días atrás protagonizaba los titulares. Pero esta vez, sin cámaras.
