La finalidad de la educación es el pleno desarrollo de la personalidad integral del alumnado. En este desarrollo pueden distinguirse al menos dos aspectos importantes: el desarrollo cognitivo y el desarrollo emocional. Desde el proceso educativo: La educación es un proceso caracterizado por la relación interpersonal y toda relación entre personas está caracterizado por fenómenos emocionales. Ello exige que se le preste una atención especial por la enorme influencia que ejercen las emociones sobre los procesos de aprendizaje. Desde el autoconocimiento: “Conócete a ti mismo” (lema de Sócrates) uno de los objetivos del ser humano. Este aspecto es uno de los más importantes de la educación emocional. Desde el fracaso y deserción escolar: Existen índices elevados de fracaso y deserción escolar, dificultades de aprendizaje, estrés, abandono de los estudios y otros fenómenos relacionados con este tipo de fracaso. Urge abordar aquellos aspectos preventivos desde la educación emocional, que ayuden a los alumnos a enfrentarse al aprendizaje con otro tipo de herramientas de cara a prevenir la depresión y el descenso de la autoestima, aspectos que suelen acompañar al fracaso escolar. Desde las relaciones sociales: Las relaciones interpersonales son una potencial fuente de conflictos en cualquier contexto de la vida social. Los conflictos afectan al mundo emocional y a veces son provocados por una inadecuada expresión de las emociones o una falsa interpretación de las señales no verbales de los demás. Desde la salud emocional:
Recientes investigaciones de la neurociencia destacan la estrecha relación entre las emociones y la salud. Todos los estímulos que nos llegan producen una cierta tensión emocional, por ello el control del estrés es uno de los aspectos importantes que justifican esta intervención. Asimismo la prevención de la depresión pasa por una adecuada interpretación y expresión de la vida emocional
