El Ayuntamiento de Palma ha reforzado la protección del olivo de Cort con una barrera metálica a su alrededor para dificultar el acceso de los visitantes y de los vehículos de carga y descarga. La regidora de Infraestructuras y Accesibilidad, Angélica Pastor, ha explicado este jueves que la obra tiene forma circular y cuenta 48 barrotes soldados a un pasamanos.
"El motivo que preocupó a nuestra área fue la presión humana invadía el entorno del olivo y las furgonetas de caja alta dañaban las ramas del árbol", ha concretado Pastor.
En concreto, la nueva infraestructura ha supuesto una inversión de 5.808 euros y, según la regidora, "es un buen resultado porque no impide que los visitantes puedan hacerse fotos ya que no limita su visibilidad, y además respeta el entorno y al propio árbol".
En este sentido, ha recordado que se trata de un ejemplar singular con medio siglo de historia, que llegó el 1989 procedente de la finca Pedruixella Petit (Pollença), por la donación de Jaume Batle al Consistorio.
"Es uno de los árboles más emblemáticos de la ciudad, tiene entre 500 y 600 años y está protegido por la comisión de catálogo de Patrimonio", ha enfatizado Pastor después de avanzar que su área está trabajando en un catálogo con los árboles singulares de Palma.
Por su parte, el técnico arquitecto del área de Infraestructuras ha indicado que, previo al comienzo de la obra, se realizó un estudio con geo-radar del sistema de raíces para determinar su extensión y no dañar al olivo.
"El condicionante más fuerte fue que el árbol tiene un sistema de raíces muy extenso, que se extiende en la mitad de Cort y se debía ir con mucho cuidado en tocarlas porque podría suponer un peligro para la salud del ejemplar", ha enfatizado el técnico municipal.
En este punto, ha informado que el objetivo era una operación "lo más discreta posible" y, por esta razón, se eligió un estilo naturalista. "Otro de los detalles que esconde es que, en lugar de disponer de manera aleatoria las barras, quien lo sepa ver, podrá leer el final de un poema muy famoso del olivo mallorquín, de Josep Pons i Gallarza", ha destacado.
Por último, ha avanzado que el metal que forma la estructura se irá degradando hasta que adquiera un color oscuro "similar al de los pasamanos de las iglesias antiguas".