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Scottie Scheffler gana el Masters de Augusta
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Scottie Scheffler gana el Masters de Augusta

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Ayudado por Jon Rahm - a quién invistió en 2023 - el de Ridgewood (Nueva Jersey) se ha enfundado su segunda chaqueta verde. Scottie es el indiscutible número 1 del mundo. En el mismo año ha ganado el Arnold Palmer, el TPC y el Masters de Augusta.

Nueve torneos en los dos últimos años, dos de ellos Majors, dos Masters. Scheffler es el quinto jugador que logra el Masters desde el puesto de número 1 mundial. Antes lo hicieron Woosnam (1991), Couples (1992), Tiger (2001 y 2002) y Dustin Johnson (2020).

Para quiénes dicen que los jugadores "buenos" militan en el LIV aconsejarles que hagan una mirada a la clasificación. De los que pasaron el corte ninguno peleó por el Masters. Solo DeChambeau, excelso en la primera jornada, fue el único que parecía con ganas de alcanzar la gloria. Naufragó por exceso. Su mala estrategia en los segundos 9 del moving day le relegaron en el leaderboard y su mal comienzo en la jornada final le impidieron escalar. Pero al menos lo intentó. Es cierto que Cameron Smith y Hatton (compañero de Rahm en Legión XIII) estuvieron también a un gran nivel pero sin meter miedo.
De los españoles, Sergio García fue uno de los ilustres en no pasar el corte como Dustin, Spieth, Hovland o Thomas por poner algunos ejemplos.
Jon Rahm, campeón defensor del título, no compareció en ninguna de las cuatro jornadas y finalizó en la posición 45 empatado a +9 (a 20 golpes del campeón) con Olazábal. Ollie, ganador en 1994 y 1999 (en esta edición 88 del Masters, celebraba dos efemérides redondas como el 25 y el 30 aniversario), pasó el corte y realizó dos maravillosas jornadas finales, especialmente su ronda final al par. Fantástica vuelta en la que jugó fastidiado por un tirón en la espalda desde el hoyo 5. El vasco de 58 años dió un recital de clase y pundonor. El de Fuenterrabía quedó al nivel de Rahm. Impresionante.

JORNADA FINAL

Scheffler no perdió la cabeza en todo el domingo y supo resolver los momentos delicados con solvencia. Salía con un golpe de ventaja sobre Collin Morikawa (dos majors) con quién compartió partido estelar. Morikawa acabó no siendo el rival esperado a pesar de compartir liderato con el campeón por un momento, tras su birdie en el hoyo 8, un par 5. A partir de ahí fue un cúmulo de errores.Le costó dos golpes sacar la bola del búnker en el 9 y la tiró al arroyo de Rae en el 11, en la entrada del Amen Córner. Dos dolorosos doble bogeys que le sacaron de la ecuación.

En la partida que les precedía estuvo la mayor oposición. El sueco Ludvig Aberg, profesional de nuevo cuño - aunque ya con una Ryder Cup - en su primera aparición en un grande fue el único que estuvo a la altura y que presionó al número 1 del mundo. Solo 24 años, un año como profesional. Pese a ser un rookie se comportó como un campeón.

Ni un mal gesto y no perdió la sonrisa ni en los peores momentos. Se topó con el estanque del hoyo 11 en un mal golpe y salió con un doble bogey. Aberg soñaba con imitar a Ben Curtis (British 2003) y Keegan Bradley (PGA 2011), los dos únicos golfistas de los últimos 111 años que ganaron el grande en su primer año. Se quedó muy cerca, a 4 golpes en la clasificación pero a un solo suspiro en su performance. Sin duda ha nacido una estrella.

Y qué decir del campeón. Scheffler sólo tuvo que desplegar el juego que le ha convertido en el número 1 del mundo, excelso en todas las facetas. El sábado, cuando se vió acuciado, jugó un hierro apretado para coger en dos golpes el green del hoyo 13.

Y pateó como los ángeles para conseguir un eagle. En la jornada final, no necesitó muchas proezas, solo estar enfocado, aprovechar los pares 5 (tres birdies en la jornada final) y sacar a pasear la magia en los golpes a green. Pasó un momento delicado entre el 4 (par 3) y el 7, por culpa de un mal putt. Cometió dos bogeys que le empujaron hacia atrás, a un empate con Aberg y Morikawa a seis bajo par, con Max Homa uno por detrás.

Entonces dijo aquí está Scottie chicos. Desde la calle del 9 jugó un segundo golpe de una belleza sin igual. Apoyándose en un green que caía. Botó la bola unos cuatro metros por encima del hoyo y comenzó a caer y no entró por milímetros.

Birdie a la "buchaca" y dos de ventaja. Se produjeron luego las renuncias. De Aberg en el 11 y de Homa en el 12. Sendos doble bogeys que ponían tierra de por medio. Para Scottie ya se trataba de mantener la posición sin perder la cabeza. Pero quiso más y llevó el tanteo a dos dígitos, como se lleva ganando desde 2018.
Segunda posición a 4 golpes para Aberg y tercera posición compartida - a 7 golpes - para Homa, Fleetwood y Morikawa. Un Masters con sólo ocho golfistas bajo par, un número 1 indiscutible y una estrella emergente.
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