Según los datos hechos públicos este viernes por el Instituto Nacional de Estadística, la compraventa de viviendas aumentó en agosto un 49% con respecto al mismo mes del año pasado, siendo Balears la comunidad autónoma con un mayor incremento, con 142 operaciones por cada 100.000 habitantes. Este es un síntoma muy poderoso de la recuperación económica que vive el país y que ya nadie pone en cuestión como sucedía hace algún tiempo. El mercado inmobiliario se ha reactivado, como también los créditos hipotecarios, lo que aporta dinamismo a la economía que ya presenta indicadores previos a la crisis y redunda en otros sectores económicos que han resultado muy castigados durante los últimos años y que se vieron obligados a redimensionarse tras el estallido de la burbuja inmobiliaria.
Ahora, con parámetros más racionales y huyendo de la especulación, la construcción crece y con ella los puestos de trabajo, lo que permite que nuestra Comunidad Autónoma consolide su crecimiento económico y la generación de riqueza. Pero es también el momento de favorecer la inversión productiva y es por ello que acierta el Govern al anunciar que no creará más impuestos en 2017 ni aumentará los existentes. El camino debe ser el de la contención del gasto público y no el de incrementar la presión fiscal, ya muy elevada en Balears.