La guerra contra el terrorismo, la tercera guerra mundial, quiérase o no, es una campaña empezada por los Estados Unidos, apoyada por varios miembros de la OTAN y otros aliados, con el fin declarado de acabar con el terrorismo internacional, básicamente yihadísta, eliminando sistemáticamente a los denominados grupos terroristas, considerados así por la Organización de las Naciones Unidas, y a todos aquellos sospechosos de pertenecer a estos grupos, y poniéndole fin al supuesto patrocinio del terrorismo por parte de Estados, o sea una declaración de guerra en toda regla.
Esta ofensiva internacional fue lanzada por la Administración de Bush tras los ataques terroristas del 11 del septiembre del 2001 en Nueva York y Washington, realizados por al-Qaeda, siendo posteriormente los más destacados los de Madrid del 11 de marzo de 2004 y los de Londres del día 7 de julio del año 2005, ambos de factura yihadísta.
El 10 de septiembre de 2014, Barak Obama anunció la creación de una coalición internacional con el fin de actuar contra aquellos terroristas y como resultado de la petición de Irak para que EE.UU entrara en guerra contra el Estado Islámico, declaró la guerra al autoproclamado Estado Islámico (ISIS), asentado en un amplio territorio de Irak y Siria controlado por radicales fieles a Abu Bakr al-Baghdadi, autoproclamado califa de todos los musulmanes y que afirmó su intención de extender el califato, proclamado el pasado verano en Irak, "en todo el mundo árabe y Europa".
Así el 8 de agosto de 2014 el presidente de los Estados Unidos anunció al mundo la entrada de los Estados Unidos en el conflicto que Irak vive con el Estado Islámico a través de apoyo aéreo y no terrestre, porque la nación norteamericana no debía quedarse indiferente ante la petición de ayuda de Irak y con el fin de proteger a las minorías cristianas y yazidis, además de proteger sus propios establecimientos y bases militares asentadas en Irak.
Según EEUU, la coalición contra el Estado Islámico (ISIS) que abandera el presidente Barack Obama cuenta actualmente con más de 40 países unidos para la causa. Entre ellos el Reino Unido, Alemania, Francia, Italia, Jordania, Arabia Saudí, Australia, Dinamarca, Bélgica, Canadá, Polonia, Holanda, España, Turquía, y otros países como Suecia, Suiza, Austria, Nueva Zelanda, Islandia o Noruega también están proporcionando ayuda humanitaria a los civiles afectados y desplazados, coalición que según declaró el secretario de Estado de EEUU, John Kerry, “ estará construida para perdurar durante los próximos meses o quizás incluso los próximos años".
Los otros contendientes son básicamente al-Qaeda e ISIS. Los datos que se conocen de ISIS harán que nos demos cuenta de contra que nos enfrentamos: sus tropas están compuestas por más de 30 mil combatientes, nativos de noventa países, con más de un 10% de ellos europeos, capaces de actuar en acciones individuales, ataques puntuales, como guerrillas y como insurgentes e incluso como infantería ligera. Por otro lado, gracias a sus ingresos de más de 2 millones de euros diarios es el grupo terrorista más rico de la historia. Tienen una economía muy dinámica: comercian con petróleo, trafican órganos, recogen impuestos, realizan exacciones, explotan la industria del secuestro, roban y trafican con antigüedades; también pagan sueldos a los mercenarios que reclutan.
La otra pierna de la amenaza la forma Al Qaida, y de la que se supone proviene el ISIS, que es una organización paramilitar, yihadista, que emplea prácticas terroristas y se plantea como un movimiento de resistencia islámica alrededor del mundo, mientras que es comúnmente señalada como una red de terrorismo internacional. Su fundador y líder fue Osama bin Laden, abatido en Abbottabad, Pakistán, el 1 de mayo de 2011, un multimillonario de origen saudí que estudió Religión y Ciencias Económicas en la universidad de Rey Abdul Aziz, y al que sucedió Aymán al-Zawahirí como único jefe de la organización.
Recientes investigaciones realizadas por periodistas, investigadores, analistas y especialistas afirman que Bin Laden fue financiado por la CIA en la lucha contra las tropas de la Unión Soviética en Afganistán en plena guerra fría, apoyo que iba desde la instrucción en combate hasta la entrega de armamento.
Su estructura organizativa que está basada en células de militantes y redes de contactos clandestinos, muy parecida al modus operandi de los cárteles de narcotraficantes, le ha dado una muy amplia movilidad de acción y una gran dificultad para desarticularla
Empleando la táctica del terror, asesinan a periodistas, diplomáticos, a los que han tenido secuestrados durante meses, y han implantando en el territorio que dominan la sharia más radical y fanática como una cuestión de conciencia personal y guía moral de conducta, que, a diferencia de las orientaciones morales de otra religiones, no sólo constituye un código religioso de orientación vital, sino que codifica específicamente la conducta y rige todos los aspectos de la vida, aspectos públicos y privados.
Por tanto, hay declaración de guerra, ha empezado hace ya años la Tercera Guerra Mundial, contendientes claramente diferenciados al-Qaeda y el Estado Islámico (ISIS), Hezbolá, Boko Haram básicamente por un lado y Occidente por otro, objetivos de guerra, combates terrestres y aéreos, espías e infiltrados, frentes de guerra, guerra de guerrillas, damnificados, francotiradores que golpean como han hecho durante la pasada semana en París. Como ya advirtió el Papa Francisco, el pasado mes de septiembre, estamos en guerra.
Hemos de ser conscientes de ello, conscientes que esta guerra no se ganará por muchas vigilias, muchas adhesiones, condenas unánimes, muchas declaraciones de condolencia y repulsa que se hagan, hay que tomar decisiones de guerra, por muy duras que sean o el lema que sean o el lema de “Libertad, Igualdad, Fraternidad”, dejará de ser un desiderátum, delante de nuestras propias narices, para convertirse en un lejano, bonito e histórico sueño y la única responsable será Europa, será Europa y sus gobernantes, por su irresponsabilidad, negligencia, falta de visión, porque conociendo los peligros que nos acechaban no habrán hecho nada para prevenirlos, pararlos, disminuirlos y eliminarlos de raíz.





