La carne es débil y no he podido resistirme. He intentado infructuosamente no hablar hoy del encuentro de Vox en Lloret. Si Vox quería llamar la atención con su encuentro del sábado sin duda que lo ha conseguido. El cartel de ‘personalidades’ asistentes no deja indiferente: tres toreros venidos a menos -uno de ellos ex presidiario por homicidio- y un humorista de humor ochentero (por ser suave). Os prometo que le estoy dando vueltas a cuál era el mensaje que nos quería lanzar el partido fundado entre otros por José Antonio Ortega Lara, con la invitación de tal plantel.
Evidentemente mi problema es querer valorar en términos de lógica que un partido que quiere hacerse un hueco notable en el espectro político español quiera lanzar la imagen que estas personas son el paradigma de la sociedad del país.
De lo que no hay duda es de la escalada españolista que han emprendido Casado, Rivera y Abascal. Cada mañana nos levantamos leyendo la última ocurrencia de cada uno de ellos, y en vez de atemperar los ánimos y andar en la búsqueda de un centro que era el deseo de casi todos los partidos hace una década, se van probando a ver cual de ellos es más ultra. Los presidentes de PP y Cs hace tiempo que van a la greña para hacerse notar y distinguir, porque por parecerse se parecen incluso físicamente, y ahora a la fiesta se ha añadido otro que no se limita a ser mero espectador.
Curioso que todos ellos entiendan que la respuesta al ignominioso nacionalismo (catalán) sea ser más nacionalista (español). A ellos les parecerá oportuno, incluso puede que les ponga a tono, sin embargo, para quienes se mantienen ajenos a tales posiciones, lo único que consiguen desatar es una considerable hilaridad o vergüenza ajena.
Y de este contexto salen esperpentos como los del sábado. Antaño quedan los tiempos de Norma Duval a favor del PP o de Ana Belén apoyando a IU. Ahora ya no interesa el glamour ni la elegancia, ahora la caspa. Ante la dictadura de lo políticamente correcto dirigida por la izquierda vamos a reivindicar la fiesta nacional de tortura a los toros y los chistes de mariquitas. A ver quien lo supera. El listón cada vez está más arriba.
