El Tribunal Superior de Justicia de las Illes Balears hacía balance esta semana de la aplicación, en nuestra comunidad, de la Ley Orgánica 10/2022 de garantía integral de la libertad sexual, conocida como ley del ‘solo sí es sí’ o ‘ley Montero’, en honor a su impulsora y máxima defensora, la ministra de Igualdad Irene Montero. En una nota remitida a los medios, se indicaba que las secciones penales de la Audiencia Provincial de Baleares han estudiado hasta ahora un total de 111 asuntos susceptibles de revisión tras la entrada en vigor de la mencionada ley, con el siguiente balance: 46 rebajas de condena a violadores o agresores sexuales, entre ellas 6 excarcelaciones, al beneficiarse de dichas rebajas y ver acortado el tiempo en prisión. En el mismo comunicado, se menciona que todavía están pendientes de revisar alrededor de 20 procedimientos. Si estas cifras las trasladamos a porcentajes, hablaríamos de que más de un 40% de condenados por violar o agredir sexualmente a una mujer se habrían beneficiado de la ley del ‘solo sí es sí’ en nuestra comunidad.
Tras la última reunión del Consell de Govern, al portavoz del Ejecutivo se le preguntaba por esta circunstancia, aunque todavía no se habían hecho públicas las cifras por parte del TSJIB, y si desde el Govern se mantenía la valoración positiva manifestada en diferentes ocasiones por algunos de sus miembros. Cabe recordar que el mismo día de su aprobación, la presidenta Armengol aplaudía públicamente la ley del 'solo sí es sí' por proteger "más y mejor los derechos de las mujeres". A través de su canal de twitter, la presidenta decía textualmente que la aprobación de ‘ley Montero’ permitiría "avanzar hacia una sociedad más libre e igualitaria que protege más y mejor los derechos de las mujeres". "Hoy somos un país mejor para todas", añadía la presidenta en su publicación.
Podrían disculparse las declaraciones de la presidenta del Armengol en la falta de conocimiento profundo de la norma, más allá de los titulares y la propaganda política que precedieron su aprobación, aunque algunas organizaciones profesionales ya habían advertido de las posibles consecuencias. Pero, lógicamente, la maquinaria gubernamental y mediática se había encargado de ningunear informes y opiniones contrarios a la ley, aplicando la máxima de que la realidad no te estropee el relato.
Cuesta más entender que, pasado ese tiempo y viendo las fatales consecuencias de la ley del ‘solo sí es sí’, Armengol y sus consellers mantengan la misma valoración y sigan haciendo equilibrios para defender una norma que, lejos de ser buena para las mujeres, a los únicos que beneficia es a algunos violadores y agresores sexuales, que ven cómo se rebajan sus condenas y algunos han visto cómo recuperaba su libertad antes de la cuenta, con el consiguiente temor para su víctimas y para la población en general.
Hace menos de dos semanas, en medio del goteo incesante de rebajas de condenas, que en todo el Estado ya supera los 700 casos, Armengol defendía en el Parlament la ley del ‘solo sí es sí’ por ser «buena» y «necesaria», a una pregunta del portavoz de Vox y reprochaba a éste que utilizara «el dolor de las mujeres víctimas de delitos sexuales para rapiñar cuatro votos», en palabras literales. La presidenta del Ejecutiva reiteraba que la nueva normativa, que su partido intenta cambiar por la vía de urgencia, sin demasiado éxito por el momento, «es una buena ley y una buena iniciativa legislativa que se tiene que desplegar en su totalidad». Eufemismo para no molestar a Podemos, al que Armengol volverá a necesitar sí o sí para gobernar tras el 28 de mayo, si quiere tener alguna opción de repetir cuatro años más en El Consolat.
El fiasco del 'sí es sí' ha tumbado la estrategia de Sánchez de presentar sus leyes como argumento electoral y, además de tensionar las diferencias públicas del PSOE y Podemos, socios de gobierno, hasta límites nunca vistos antes, supone un misil a una de las líneas de flotación del Gobierno y donde la izquierda ha hecho bandera en los últimos años, como es el feminismo. En pocos días llega el 8 de marzo y la defensa de las mujeres y sus derechos volverán a politizarse, con pancartas y proclamas de todo tipo, buscando votos con la vista puesta en las elecciones de mayo. Pero ninguna pancarta podrá hacer olvidar el desastre de la ley del ‘solo sí es sí’ y su impacto político, con nefastas consecuencias para Podemos, pero sobre todo para Sánchez.