Vueling se alinea con Trump

Mientras eminentes europeístas, como el italiano Enrico Letta, ven en el actual escenario político mundial una excelente ocasión para rearmar las bases de la reconstrucción moral e industrial de la Unión Europea como una alternativa real a las dos potencias globales -EEUU y China-, las grandes empresas de nuestro continente siguen yendo a lo suyo, es decir, exclusivamente a lo que pueden ofrecer a sus accionistas a corto y medio plazo. Lo demás es completamente secundario.

Siempre pensé que el gran capital carece de patria, y en lugar de pasaporte posee solo la cuenta de resultados. Si para embellecerla hace falta ciscarse en la vida de sus compatriotas -y, en este caso, hablo de todos los europeos-, pues sin problemas.

La última aparición de Donald Trump, bravuconeando como siempre, y teorizando sin demasiados matices -tampoco vamos a pedirle peras al olmo- la necesidad para su proyecto ultranacionalista de un espacio vital al estilo de Hitler y su Lebensraum, es una nueva vuelta de tuerca a la ya de por sí humillante posición adoptada en nuestro nombre por un personaje lamentable y sin legitimidad democrática alguna como es Ursula von der Leyen, la Neville Chamberlain del siglo XXI.

Trump exige, para no incrementar en veinte puntos los aranceles que le impuso hace solo unos días a la cándida presidenta de la Comisión Europea, que los europeos consumamos 600.000 millones de dólares anuales más en productos made in USA.

Es decir, impone a sus míseras colonias europeas las recetas económicas a cambio de las cuales nos dejará seguir respirando y vendiéndole coches y alimentos.

En un contexto en el que Europa debería empezar a pensar en sí misma y por sí misma, nos rendimos sin ofrecer resistencia alguna. La Unión de los mercaderes y los lobbies no aguanta ni un asalto.

Una parte esencial de esta debilidad es, precisamente, que a nuestras grandes empresas les importa un pimiento el proyecto europeo.

Hace dos días se conocía que Vueling, compañía en pleno crecimiento propiedad, como Iberia (¿la próxima en sumarse a la deserción europea?), del conglomerado de base británica IAG, va a sustituir progresivamente toda su flota de Airbus por aparatos Boeing 737-Max, el multiproblemático remake con el que la empresa norteamericana pretende competir con la serie 300 de Airbus.

La penosa decisión de los gestores de Vueling se fundamenta -exclusivamente, lo demás es literatura- en que los costes operativos son supuestamente más económicos, aunque sospecho que no puede ser ajeno a este giro pro-Trump de IAG el hecho de que Boeing es uno de los principales pilares empresariales de los EEUU, una empresa que atraviesa graves dificultades debido al fracaso inicial de su enésima reelaboración de un proyecto que cuenta ya cincuenta y ocho años -el 737- y que es por ello claramente inferior desde el punto de vista tecnológico -y de seguridad, no hay más que ver su accidentabilidad- a los Airbus. Boeing ofrece hoy unas condiciones económicas tentadoras de las que otros empresarios europeos, como el irlandés Michael O’Leary -otro lastre del europeísmo-, o, sin ir tan lejos y en un nivel más modesto, la española Air Europa se benefician en contra de los intereses estratégicos de la Unión y sus ciudadanos. Para ejercer de europeos no basta solo con llevarlo en el nombre de la compañía.

Apostar por tecnología punta estadounidense en lugar de por la europea ya no es hoy una mera decisión de libre mercado, sino un acto de gran significación y alineación política. Airbus es un consorcio vital no solo para el desarrollo tecnológico civil de nuestro continente, sino también para lograr una mayor independencia militar de los EEUU. Todo aquello que vaya en su detrimento, nos convierte progresivamente en súbditos del energúmeno que ocupa la Casa Blanca.

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2 respuestas

  1. La decisión del cambio de flota se empezó a fraguar hace ya 5 años. los problemas a los que se enfrenta Vueling, y todas las compañías en Europa, se basan en crisis de suministro, ya que Airbus es incapaz de servir aviones en plazos decentes. Tiene usted CERO idea de lo que está escribiendo caballero. Cuidado con los «opinólogos» que NO saben de nada

  2. y me pregunto, ¿no será también por el exceso de pedidos que Airbus no puede atenderlos? Trump es un auténtico mequetrefe, vendido y realmente, lo que le interesa es que el business, se quede en casa, su casa.

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