Menos mal, pensamos que no sobreviviríamos a este tsunami de buenismo navideño, peero sí, aquí estamos sanos y salvos. Eso sí, con unos kilos de más y la mandíbula desgastada de tanta sonrisa forzada.

Menos mal, pensamos que no sobreviviríamos a este tsunami de buenismo navideño, peero sí, aquí estamos sanos y salvos. Eso sí, con unos kilos de más y la mandíbula desgastada de tanta sonrisa forzada.